En medio de la tensión bélica con Gaza, Israel enfrenta una nueva emergencia: un incendio forestal de gran magnitud arrasó este miércoles zonas boscosas al oeste de Jerusalén y obligó a evacuar al menos cinco localidades. El fuego, avivado por fuertes vientos y altas temperaturas, dejó al menos 23 heridos leves y provocó el cierre total de la carretera que conecta con Tel Aviv, una de las principales arterias del país.
“Probablemente estemos enfrentando el mayor incendio en Israel en una década”, advirtió Eyal Caspi, comandante de la brigada de bomberos, en una conferencia de prensa brindada en plena emergencia. Las llamas avanzaron con rapidez por los montes cercanos a Latrun y Bet Shemesh, y varias imágenes captadas por medios locales mostraron autos varados, mientras conductores abandonaban sus vehículos para huir a pie, rodeados de humo denso y fuego.
El ministro de Defensa, Israel Katz, declaró la situación como una “emergencia nacional” y ordenó el despliegue del ejército para reforzar las tareas de extinción. “Todas las fuerzas disponibles deben movilizarse para salvar vidas y controlar los incendios”, señaló en un comunicado. Por su parte, los servicios de emergencia Magen David Adom trataron a 23 personas por lesiones menores y elevaron el nivel de alerta al máximo.
La causa del incendio aún está siendo investigada. Sin embargo, autoridades no descartan que el clima extremadamente caluroso y seco haya sido un factor determinante en la rápida propagación del fuego.
Además de las evacuaciones, el municipio de Jerusalén canceló todos los eventos públicos previstos para este miércoles, en coincidencia con una festividad nacional. La ruta entre Tel Aviv y Jerusalén, vital para el transporte y la logística del país, quedó completamente cerrada al tránsito. Helicópteros hidrantes trabajan sin pausa en la zona, donde las llamas ya consumieron cientos de hectáreas.
Apenas una semana atrás, otra serie de incendios afectó la misma región. El nuevo brote recrudece el escenario de tensión que atraviesa Israel, no solo por el conflicto armado en Gaza, sino ahora también por una amenaza natural que desborda recursos y pone en jaque la seguridad de miles de civiles.