En su tercera práctica como entrenador interino de Boca Juniors, Mariano Herrón comenzó a mostrar su sello con decisiones fuertes. Tras el despido de Fernando Gago, el DT apeló a una reestructuración táctica que incluyó una movida clave: Rodrigo Battaglia pasó a jugar como mediocampista central, dejando su habitual lugar en la defensa.

Una de las primeras medidas fue la eliminación de la línea de cinco, un esquema que no funcionó en el superclásico perdido ante River. El equipo volvió al 4-4-2, utilizando la misma defensa que había jugado contra Estudiantes, antes del fatídico cruce en el Monumental.

La gran novedad llegó a mitad del entrenamiento: Herrón mandó a la cancha a Cristian Lema, quien no juega oficialmente desde hace más de seis meses, para compartir la zaga con Marcos Rojo, mientras subió a Battaglia al mediocampo. El que salió del equipo fue Milton Delgado, hasta ahora uno de los jugadores más regulares del año.

Battaglia había jugado exclusivamente como defensor desde su arribo al club, con excepción de un partido como líbero en línea de tres, rol en el que brilló en Atlético Mineiro bajo la dirección de Gabriel Milito. Su mal uso fue uno de los puntos de crítica del Consejo de Fútbol a Gago, y por eso el cambio no sorprende.

Otra variante fue el ingreso de Brian Aguirre en lugar de Kevin Zenón, de bajo rendimiento ante River. Aguirre se ubicó como segundo delantero junto al indiscutido Miguel Merentiel, titular no solo por su presente sino también por las lesiones de Edinson Cavani y Milton Giménez.