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Salud
13/05/2025 | Hace 12 horas

El rol del cannabidiol en niños con autismo severo, según un estudio de científicos argentinos

El rol del cannabidiol en niños con autismo severo, según un estudio de científicos argentinos
El trabajo se centró en casos con síntomas conductuales graves resistentes a los tratamientos convencionales. Documentaron que mejoró la calidad de vida de los pacientes y la familia y plantearon que se requiere más investigación

El cannabidiol (CBD) es una sustancia química de la planta Cannabis sativa, también conocida como cannabis o cáñamo, según ha precisado MedlinePlus, el sitio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

El CBD “se obtiene del cáñamo, una forma de la planta Cannabis sativa que solo contiene pequeñas cantidades de THC. Parece tener efectos sobre algunos químicos en el cerebro, pero estos son diferentes a los efectos del THC”. Se ha analizado su uso, por ejemplo, para el trastorno convulsivo (epilepsia), divulgaron estos expertos.

Ahora, en ese sentido, un equipo investigadores argentinos realizó un estudio sobre el uso de cannabidiol purificado en pacientes pediátricos con trastorno del espectro autista (TEA) severo. El trabajo incluyó el seguimiento de 20 niños de entre 3 y 17 años diagnosticados con TEA de nivel 2 o 3, y con discapacidad intelectual y del lenguaje asociadas.

El estudio se centró en niños que no respondían a tratamientos conductuales ni a medicación convencional.

Según indicaron los autores —Pablo Sebastián Fortini (Equipo de Neurodesarrollo INIZIO, en Tucumán), Javier Toibaro (Hospital Ramos Mejía) y Roberto Caraballo (Hospital Garrahan)—, todos los participantes presentaban comportamientos clasificados por sus familias como “gravemente disruptivos”, con un impacto directo en su calidad de vida y en la de sus cuidadores.

“El objetivo de nuestro estudio fue evaluar la eficacia y seguridad del cannabidiol purificado como medicación complementaria en pacientes pediátricos con trastorno del espectro autista (TEA) asociado con conductas repetitivas resistentes al tratamiento, trastornos de conducta y discapacidad intelectual y que no responden a medicamentos convencionales ni a intervenciones conductuales”, escribieron los investigadores en el artículo, que fue publicado en Pharmacology, Biochemistry and Behavior .

Nada quedó librado al azar. El diseño se estructuró sobre un modelo de evaluación antes y después de la administración del CBD. A lo largo de un seguimiento de hasta 12 meses, los investigadores aplicaron distintas escalas validadas e hicieron entrevistas periódicas con los cuidadores para medir la evolución de los síntomas.

La sustancia utilizada fue un compuesto derivado del cannabis, sin presencia de THC ni efectos psicoactivos. La dosis media diaria administrada fue de 363,5 mg, con un rango que fue de 100 a 700 mg según el caso.

¿Los resultados? Según el equipo, 18 de los 20 pacientes evaluados mostraron mejoras en al menos uno de los síntomas severos informados por sus familias. En términos porcentuales, eso representó el 90%.

“Con respecto a los resultados secundarios basados ​​en la evaluación con diferentes escalas, se encontró una mejoría de alrededor del 30% en irritabilidad, retraimiento social e hiperactividad. El comportamiento restringido y repetitivo mejoró en nueve (50%), mientras que no se observaron cambios en siete (38,8%). Se encontró que los patrones de sueño mejoraron ligeramente. Se informaron efectos adversos en 13 pacientes (65%), que consistieron principalmente en aumento de la irritabilidad y disminución del apetito, pero fueron leves o moderados y transitorios en todos. En el 40% de los niños se pudo reducir o suspender parcialmente la medicación concomitante”, repasaron los especialistas.

Y añadieron: “El tratamiento con cannabidiol mejoró la calidad de vida de los pacientes y sus familias”, y detallaron además que en el 40% de los casos se logró reducir o suspender parcialmente la medicación psicotrópica que los pacientes recibían antes de comenzar con el CBD.

En relación a la tolerancia, el estudio indicó que 13 de los 20 pacientes reportaron efectos adversos leves o moderados, como irritabilidad aumentada y disminución del apetito, pero estos eventos fueron transitorios. Solo en dos casos se suspendió definitivamente el tratamiento.

El equipo planteó que el cannabidiol “puede beneficiar a los pacientes con autismo severo al mejorar algunos de los síntomas principales, incluidos los comportamientos repetitivos y la interacción social, así como las comorbilidades asociadas, como las conductas disruptivas y los trastornos del sueño”. Además, destacaron el impacto reportado por las familias, que describieron una mejora en la gestión diaria, la dinámica del hogar y los niveles de estrés.

Ahora bien, ¿qué sigue? Los autores subrayaron la necesidad de avanzar con ensayos clínicos controlados, ampliar el número de participantes y comparar los efectos del CBD purificado con otras formulaciones, como los extractos de planta entera que contienen THC. “Nuestros resultados sugieren que el tratamiento con CBD purificado es eficaz y seguro, y podría beneficiar a los pacientes con TEA grave al mejorar algunos de los síntomas principales, como las conductas repetitivas y la interacción social, así como las comorbilidades asociadas”, afirmaron en el cierre del artículo.

Al tiempo que repasaron que aún debe obtenerse más información para reafirmar y profundizar estos datos.

Otro estudio argentino que analizó el uso de CBD
Recientemente, un grupo de científicos dio a conocer un estudio clínico en niños con Síndrome de West, una forma poco común de epilepsia infantil que aparece en los primeros meses de vida. El trabajo, desarrollado entre 2021 y 2023, se enfocó en evaluar los efectos del cannabidiol (CBD) como tratamiento complementario en pacientes que no respondían a las terapias tradicionales.

La investigación se centró en 28 lactantes de entre seis y 21 meses, todos diagnosticados con esta encefalopatía epiléptica severa. El cuadro se caracteriza por espasmos musculares abruptos —ya sea de extensión o de flexión— y por una alteración eléctrica cerebral específica llamada hipsarritmia, detectada mediante electroencefalograma. Además, el síndrome suele estar asociado a un freno en el desarrollo neurológico o incluso a una regresión de habilidades previamente adquiridas.

A lo largo del tiempo, el tratamiento de esta patología presentó dificultades notables. Aunque algunos pacientes logran una respuesta favorable a medicamentos como corticoides o gabapentina, se estima que cerca de un 30% de los casos no responde a las opciones convencionales. Este grupo farmacorresistente representa un gran desafío clínico y ha motivado la exploración de terapias alternativas.

En ese contexto, el equipo de investigación evaluó el CBD del laboratorio Alef Medical en combinación con las drogas ya prescritas para los pacientes. Se utilizó una dosis inicial de 2 mg/kg/día, que se ajustó progresivamente hasta alcanzar una dosis media de 25 mg/kg/día. La decisión de incorporar el cannabidiol respondió a la necesidad de contar con opciones viables para niños que no mostraban mejoría con los tratamientos conocidos.

Los resultados fueron relevantes. En el 67,8% de los pacientes, la frecuencia de las crisis epilépticas graves se redujo más de un 50%, mientras que en el 25% restante, las crisis desaparecieron por completo.

El neurólogo infantil Santiago Galicchio, uno de los autores principales del trabajo, señaló: “El principal hallazgo de este estudio es que el CBD es una droga útil en el tratamiento del síndrome de West asociado a otros fármacos antiepilépticos que ya habían sido descritos. Siempre es útil tener una nueva formulación para pacientes que no responden a los tratamientos habituales”.

En una segunda observación, Galicchio destacó la ausencia total de episodios en una parte de los casos analizados: “El hecho de que haya siete pacientes que respondieron así a la asociación con CBD sin presentar nuevos episodios con Síndrome de West es un hallazgo trascendental. Y esto es un dato que ayuda para la incorporación de esta droga asociada a otros fármacos, ya que consideramos como una respuesta favorable en epilepsia cuando la disminución de la frecuencia de crisis es mayor a un 50%”.

El estudio confirmó que el uso combinado de CBD con fármacos tradicionales no solo ayudó a controlar los episodios de convulsiones, sino que también ofreció una alternativa para mejorar la calidad de vida en este grupo de pacientes. Los hallazgos, si bien aún preliminares, se suman al creciente cuerpo de investigaciones que analizan el rol terapéutico del cannabidiol en casos de epilepsia infantil resistente a tratamiento.

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