Un sujeto apodado “Perri” protagonizó una seguidilla de ilícitos en distintos domicilios de la capital tucumana en la madrugada del jueves. En menos de tres horas, intentó robar a dos adultas mayores, regresó a una casa tras activarse la alarma y fue detenido cuando huía con objetos robados.

La madrugada del jueves 8 de mayo fue intensa para un hombre conocido como “Perri”, quien en el lapso de apenas tres horas cometió tres delitos en distintos barrios de San Miguel de Tucumán, todos bajo la oscuridad de la noche y con el mismo patrón: el escalamiento de viviendas.

El primer episodio ocurrió a las 04:26, cuando una mujer y su madre se encontraban en su domicilio de Inca Garcilaso al 700. El acusado trepó una reja de dos metros y caminó por una tapia hasta llegar a una cámara de seguridad que intentó sustraer. Las víctimas lo sorprendieron in fraganti y, en respuesta, “Perri” sacó un cuchillo tipo sierrita y las amenazó de forma intimidatoria antes de huir, al activarse la alarma del inmueble.

Menos de tres horas después, a las 07:02, el sujeto regresó al mismo domicilio, donde arrancó un basurero de la vereda y volvió a escapar. Luego, a las 07:50, irrumpió en una casa de Lavaisse al 700 cuando una mujer salía rumbo a su trabajo. Trepó otra reja, transitó los techos y descendió al jardín trasero. Desde allí, ingresó a una dependencia sin llave y robó una minipimer y una batidora. Fue aprehendido poco después por personal de la Patrulla Motorizada en la esquina de pasaje Lautaro y Ayacucho, con los electrodomésticos en su poder.

La Justicia intervino

A raíz de esta seguidilla de ilícitos, la Unidad Especializada de Robos y Hurtos IV del Ministerio Público Fiscal, encabezada por el fiscal Diego Hevia, imputó a “Perri” por los delitos de robo agravado por ser cometido con arma en grado de tentativa, robo simple y hurto agravado por escalamiento en grado de tentativa, todos en concurso real.

Durante la audiencia desarrollada el viernes, el fiscal remarcó la peligrosidad del acusado por el contexto en que actuó: los hechos ocurrieron en un mismo vecindario, las víctimas eran mujeres mayores (de 61 y 65 años) y el agresor no mostró inhibiciones ni temor, al punto de volver a una vivienda después de que sonara la alarma.

Hevia solicitó la prisión preventiva por 60 días y adelantó que los cargos podrían ampliarse debido a la aparición de nuevas denuncias. “Existió una pluralidad de hechos cometidos en un lapso prácticamente de tres horas”, remarcó, y mencionó como pruebas las filmaciones y testimonios de testigos presenciales.

La jueza actuante hizo lugar al pedido de la fiscalía y ordenó la prisión preventiva más gravosa, que regirá hasta el lunes 7 de julio.