En un clima político marcado por la escalada de violencia verbal y ataques personales, el reciente mensaje del papa León XIV sobre la necesidad de una comunicación sin violencia resonó fuerte en la Iglesia argentina. Para monseñor Jorge Lozano, arzobispo de San Juan y presidente de la Comisión Episcopal para la Comunicación, las palabras del pontífice fueron “un llamado de atención”.
“El mensaje nos interpela profundamente. En la Argentina hay mucho por trabajar, muchos corazones por pacificar”, afirmó Lozano en diálogo con La Nación. El papa se había dirigido a más de 4000 periodistas en el Vaticano, a quienes convocó a ejercer una “comunicación desarmada” y a defender la libertad de expresión y de prensa en un contexto global cargado de tensiones y discursos de odio.
Durante su intervención en el Aula Paulo VI, León XIV expresó su solidaridad con periodistas encarcelados o perseguidos y llamó a repensar el modo en que usamos la palabra. “No se trata de suavizar la verdad, sino de comunicarla con respeto, sin violencia, con la verdad al servicio del bien común”, subrayó el papa, en sintonía con el enfoque de su antecesor Francisco, quien ya había advertido sobre los riesgos de utilizar la información como un arma.
“Nos hace muy bien escuchar al papa cuando nos invita a no caer en la guerra de palabras ni en la manipulación de imágenes”, sostuvo Lozano. A su vez, alertó sobre el contexto local: “Las campañas se centran más en desacreditar al otro que en proponer ideas. Eso no ayuda al diálogo ni al encuentro”.
La Iglesia argentina considera que el mensaje papal llega en un momento clave, cuando el agravio se ha naturalizado en la arena política y los espacios de diálogo se ven reducidos. “Las palabras pueden construir paz o pueden herir. Por eso, el llamado del papa nos exige revisar el modo en que comunicamos todos, no solo los medios o los políticos”, señaló el obispo.
En enero, en su mensaje por la Jornada Mundial de las Comunicaciones, el papa Francisco había planteado un concepto similar: “desarmar la comunicación”, recordando que el lenguaje tiene el poder de polarizar, desinformar o tender puentes.
Ahora, León XIV retoma ese legado con fuerza, y desde la Iglesia argentina aseguran que el mensaje no puede ser ignorado: es una invitación a reconstruir el diálogo democrático desde el respeto y la verdad.