Con una participación del 52,3%, las elecciones legislativas de la Ciudad de Buenos Aires realizadas este domingo marcaron un récord negativo en cuanto a concurrencia en las últimas décadas. La cifra representa una caída abrupta frente a los niveles habituales en la capital del país, tradicionalmente más altos que en otras jurisdicciones.
El dato se alinea con lo sucedido la semana pasada en cuatro provincias que también fueron a las urnas y registraron niveles de participación sorprendentemente bajos. Sin embargo, el caso porteño llama la atención por lo pronunciado del descenso: se ubicó 16 puntos por debajo del 68,5% de 2007, que hasta ahora era la marca más baja registrada en la ciudad.
La decisión del jefe de Gobierno, Jorge Macri, de desdoblar los comicios porteños para evitar una polarización con Javier Milei no dio los resultados esperados. A pesar de que la estrategia buscaba generar una agenda local y oxigenar el debate político, la ciudadanía respondió con apatía y desinterés.
La baja participación sorprendió aún más considerando que los principales espacios políticos presentaron figuras de alto perfil como candidatos a diputados:
Manuel Adorni, por La Libertad Avanza
Leandro Santoro, por el peronismo
Silvia Lospennato, por el PRO
Ramiro Marra, por fuera de LLA
Horacio Rodríguez Larreta, por fuera del PRO
Ni siquiera el peso de esos nombres logró torcer el desinterés ciudadano.
Según los datos oficiales del Gobierno porteño, en los últimos diez años la participación siempre había superado el 70%, con picos como:
2019: 80,14%
2017: 76,73%
2023: 76,7%
2015: 73,5%
2021: 73,4%
Frente a esos antecedentes, el 52,3% actual representa un quiebre preocupante en la relación entre la ciudadanía y la política local.