En medio de una interna cada vez más visible dentro del peronismo bonaerense, Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof mantuvieron un encuentro reservado en el que acordaron formar un grupo con representantes de cada espacio para “intentar construir una estrategia que confluya en listas conjuntas”, según confirmaron fuentes cercanas a la Gobernación. La reunión tuvo lugar el jueves por la tarde y, aunque fue breve, dejó definiciones importantes de cara al armado electoral.

El cónclave comenzó pasadas las 19 y finalizó antes de las 21. Tras el encuentro, ambos referentes informaron a sus respectivos entornos cómo continuará la negociación. Kicillof, por su parte, comunicó a los intendentes del Movimiento Derecho al Futuro (MDF) —a través de un mensaje enviado a las 20.57— que se había reunido con la ex mandataria, pero aclaró que ello no implicaba una decisión tomada respecto a una eventual unidad.

Horas antes, el propio gobernador había asegurado en ese mismo grupo de WhatsApp que aún no se había producido el encuentro. Incluso, manifestó que estaba dispuesto a dialogar con Cristina, Sergio Massa o con cualquier dirigente dispuesto a enfrentar las políticas de Javier Milei. Pero también dejó claro que antes de cualquier paso, quería escuchar a los intendentes.

El lunes próximo, todos los jefes comunales del MDF —más de 40— están convocados a una reunión en la sede de la Gobernación en La Plata. En ese ámbito, Kicillof buscará consensuar el rumbo a seguir. Desde su entorno remarcan que cualquier definición se tomará en conjunto con ese bloque de intendentes, que se muestra firme en respaldar su liderazgo.

Uno de los puntos clave que se discutió en el encuentro con Cristina fue el pedido del mandatario bonaerense de que el eventual acuerdo incluya apoyo concreto a su gestión. Esto implica que los bloques de Unión por la Patria en la Legislatura no presenten iniciativas sin su aval y trabajen coordinadamente con el Ejecutivo.

La Legislatura bonaerense, de hecho, se ha convertido en uno de los principales escenarios de la puja interna. En los últimos meses, tanto en Diputados como en el Senado, se han dado fricciones entre el cristinismo y el kicillofismo, sobre todo en torno a proyectos clave como el de las reelecciones indefinidas. Actualmente hay dos iniciativas en pugna: una impulsada por el senador cristinista Luis Vivona —que excluye a los intendentes—, y otra promovida por la senadora Ayelén Durán del MDF, que sí los incluye.

La tensión se trasladó incluso a la cena que Cristina Kirchner compartió más tarde en Quilmes con intendentes de la Tercera sección electoral, donde fue recibida por Mayra Mendoza. Allí, varios dirigentes que habían estado antes con Kicillof —como Gastón Granados de Ezeiza— se mostraron predispuestos a sostener el equilibrio: “Banco muy fuerte la gestión del gobernador, pero hoy me toca estar del lado de Cristina”, afirmó Granados, insistiendo en la necesidad de sostener la unidad.

En el mismo tono se expresó Pablo Zurro, intendente de Pehuajó y vicepresidente del Instituto Patria, quien también participó del acto de gestión en La Plata con Kicillof. Aunque reconoció al gobernador como el mejor de la historia bonaerense, dejó en claro que para él “la conducción es de Cristina”.

La disputa está abierta, pero el encuentro del jueves marca un principio de entendimiento. En la antesala del armado de listas y con la presión del calendario electoral, el peronismo bonaerense busca resolver sus diferencias internas para no llegar fragmentado a septiembre.