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Salud
10/07/2025

El café instantáneo podría estar asociado a un mayor riesgo de desarrollar ceguera, según un estudio

El café instantáneo podría estar asociado a un mayor riesgo de desarrollar ceguera, según un estudio
Una investigación basada en datos genéticos detectó una posible relación entre el café soluble y la degeneración macular seca.

Cada vez son más los estudios que analizan cómo ciertos hábitos cotidianos pueden influir en nuestra salud a largo plazo. Entre ellos, el consumo de café —una de las bebidas más populares del mundo— vuelve a estar en el centro del debate. Aunque se conocen sus beneficios antioxidantes, nuevas investigaciones comienzan a señalar diferencias importantes según el tipo de café que elegimos.

Un grupo de investigadores analizó datos de más de 500.000 personas del Biobanco del Reino Unido, uno de los repositorios genéticos más grandes del mundo. Utilizando un método estadístico conocido como aleatorización mendeliana, que permite estudiar relaciones causales a partir de la genética, descubrieron que el consumo de café instantáneo podría estar asociado a un mayor riesgo de desarrollar degeneración macular seca relacionada con la edad (DMRE).

“La DMRE es una de las principales causas de pérdida de visión entre las personas mayores en los países desarrollados”, explicó el autor principal del estudio, Siwei Liu. Esta enfermedad afecta la parte central de la retina (la mácula), y con el tiempo puede deteriorar la capacidad para leer, reconocer rostros o realizar actividades cotidianas.

El estudio fue publicado en la revista científica Food Science & Nutrition y no encontró riesgos similares en personas que consumen café molido, descafeinado o café total.

Por qué el café instantáneo podría ser más riesgoso

A diferencia del café en grano o el preparado en infusión tradicional, el café instantáneo atraviesa un proceso industrial que podría generar sustancias químicas adicionales. Aunque el estudio no identificó con exactitud cuáles son los compuestos potencialmente perjudiciales, los autores plantean varias hipótesis:

– Cambios químicos durante la deshidratación industrial del café.

– Presencia de aditivos o subproductos del procesamiento.

– Menor proporción de antioxidantes protectores.

“El café es una de las bebidas más consumidas en todo el mundo y es rico en polifenoles y antioxidantes que pueden ofrecer efectos neuroprotectores”, señaló Liu. Sin embargo, esos beneficios parecen estar más presentes en versiones menos procesadas de la bebida.

Además, la investigación sugiere que existe un componente genético que puede influir tanto en la preferencia por el tipo de café como en la susceptibilidad a ciertas enfermedades oculares. Es decir, la genética también jugaría un rol en cómo cada persona responde al consumo de café en sus diferentes formas.

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