En un emotivo cierre del Jubileo de los Jóvenes, el papa León XIV congregó ayer domingo a más de un millón de fieles en la explanada de Tor Vergata, en Roma, en el evento más multitudinario del Año Santo. Durante la celebración, el Santo Padre renovó su llamado a la fraternidad y al diálogo entre los pueblos, y confirmó que la próxima Jornada Mundial de la Juventud se realizará en Seúl, Corea del Sur, del 3 al 8 de agosto de 2027.
Desde un imponente escenario en tonos rojos, blancos y dorados, León XIV celebró la Santa Misa y, en su homilía, advirtió a los jóvenes que “la plenitud de la existencia no depende de lo material”. Luego, rezó el Ángelus e impartió la bendición final. “¡Fue una cascada de gracia para la Iglesia y para el mundo entero! Y fue así gracias a la participación de cada uno de ustedes”, expresó conmovido.
El Pontífice dedicó un momento especial para recordar a dos jóvenes peregrinas fallecidas en los días previos al evento: María Cobo, de 30 años y nacionalidad española, y Pascale Rafic, de 18 años, originaria de Egipto. “Estamos más cerca que nunca de los jóvenes que sufren los males más graves causados por otros seres humanos”, dijo, mencionando también a los jóvenes de Gaza, Ucrania y de todas las regiones afectadas por la guerra.
A los presentes, les pidió ser “la señal de que un mundo diferente es posible, donde los conflictos se resuelvan no con las armas, sino con el diálogo”. En español, agregó: “Sí, con Cristo es posible. Con su amor, con su perdón, con la fuerza de su Espíritu”.
El papa León XIV citó a san Juan Pablo II al describir a los jóvenes como “centinelas de la mañana” y “semillas de esperanza”. También agradeció a quienes trabajaron en la organización y a los coreanos que serán anfitriones de la próxima gran cita mundial. “Nos vemos en Seúl entonces: ¡sigamos soñando juntos, sigamos esperando juntos!”, exclamó ante la ovación de los presentes.
Finalmente, pidió que el mensaje del Jubileo llegue a quienes no pudieron viajar a Roma. “Lleven esta alegría, este entusiasmo, al mundo entero. Ustedes son la sal de la tierra, la luz del mundo, y lleven este saludo a todos sus amigos, a todos los jóvenes que necesitan un mensaje de esperanza. ¡Gracias a todos y buen viaje!”, concluyó.