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Economía
09/11/2021

Randal Quarles de la Fed renunciará a fines de diciembre

Randal Quarles de la Fed renunciará a fines de diciembre
Randal Quarles anunció el lunes que renunciará a fines de diciembre, poniendo fin a un controvertido período de cuatro años

Randal Quarles, quien se desempeña como vicepresidente de supervisión de la Reserva Federal de Estados Unidos y el regulador bancario más poderoso del país, anunció el lunes que renunciará a fines de diciembre, poniendo fin a un controvertido período de cuatro años durante el cual los críticos dicen que fue demasiado amigable con Wall Street.

La salida de Quarles probablemente hará que la Fed retome la postura más dura que adoptó sobre la industria bancaria después de la crisis financiera de 2007-2009, en momentos en que aborda cuestiones espinosas como los riesgos del cambio climático, los requisitos de capital bancario y los préstamos justos. El funcionario anunció sus planes de dimitir el lunes.

La renuncia de Quarles abre otro espacio para que el presidente Joe Biden complete lo que podría ser una amplia nueva versión del liderazgo de la Fed. Nombrado en 2017 por el expresidente republicano Donald Trump, Quarles fue el primer vicepresidente de supervisión, un rol creado después de la crisis financiera pero que nunca se ocupó oficialmente durante la administración del exmandatario Barack Obama.

El mandato de Quarles como jefe del Consejo de Estabilidad Financiera, un grupo regulador internacional, expira a inicios de diciembre. Quarles dimitió oficialmente como presidente del comité regulador interno de la Fed cuando expiró su mandato como vicepresidente de supervisión en octubre.

Como exabogado de Wall Street e inversionista de capital privado, fue ampliamente visto desde el principio como un aliado de la industria que cumpliría la promesa de la administración Trump de reducir la burocracia.

Con el respaldo del presidente de la Fed y amigo Jerome Powell, Quarles pasó a flexibilizar una serie de reglas posteriores a la crisis, argumentando que eran demasiado contundentes y onerosas, lo que provocó la ira de los demócratas que dijeron que los cambios ahorraron a Wall Street decenas de miles de millones de dólares mientras aumentaban riesgos sistémicos.

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