“Estas actividades generarán 200 millones (de euros) de facturación a partir de 2025”, dijo a periodistas el presidente ejecutivo de Renault, Luca de Meo, en una antigua planta de producción de automóviles en la ciudad de Flins, cerca de París, que está reutilizando para el reciclaje y reacondicionamiento de vehículos y componentes usados.
La reinvención del lugar, donde se continuará ensamblando los modelos eléctricos Zoe y Nissan Micra durante unos años, fue uno de los elementos centrales del plan de reestructuración de Renault en 2020, con el que el fabricante de automóviles francés pretende aumentar la rentabilidad.