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Salud
11/01/2022

Ya no hay que sentir culpa al usar una máscara N95

Ya no hay que sentir culpa al usar una máscara N95
Fueron las máscaras más preciadas al comienzo de la pandemia de COVID-19, y las más escasas.

Utilizadas principalmente en entornos hospitalarios, muchas personas adquirieron las N95 para protegerse del coronavirus, no sin vivir cierto estigma, como si les estuvieran robando parte del equipo de protección a los trabajadores de salud.

Ahora, esa culpa podría aliviarse: un nuevo estudio asegura que estas máscaras de alta protección contra COVID pueden reciclarse.

Oficialmente llamada respirador, la N95 es un dispositivo de protección respiratoria diseñado para lograr un ajuste facial casi perfecto y una filtración muy eficiente de partículas en el aire.

La designación “N95” significa que cuando se somete a pruebas cuidadosas, el respirador bloquea al menos el 95% de las partículas de prueba muy pequeñas (0.3 micras). Si se ajusta adecuadamente, las capacidades de filtración de los respiradores N95 superan a las de las máscaras faciales.

Sin embargo, incluso un respirador N95 ajustado adecuadamente no elimina completamente el riesgo de enfermedad o muerte, explica la Administración de Drogas y Alimentos (FDA), la entidad federal que también regula los dispositivos médicos.

Los respiradores están hechos de tela no tejida mejorada con una carga electrostática para atrapar partículas que de otro modo podrían penetrar en su superficie.

Estas máscaras se ajustan firmemente alrededor de la nariz y la boca, y están destinadas a reducir la exposición del usuario a partículas menores de 100 micras; un micrón es una millonésima parte de un metro.

El coronavirus que causa COVID-19 mide 0.12 micrones.

Los resultados de un estudio publicado en el American Journal of Infection Control (AJIC) sugieren que un tipo común de respirador N95 se puede reprocesar de manera segura para aumentar el suministro durante la pandemia en curso y para futuras epidemias.

Investigadores del Centro Médico Beth Israel Deaconess y del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) reprocesaron respiradores utilizando peróxido de hidrógeno vaporizado (VHP), un enfoque de descontaminación estándar, y descubrieron que los dispositivos mantuvieron su función y eficacia en sujetos humanos con hasta 25 ciclos de reuso.

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