Una parte de la curva de rendimiento del Tesoro estadounidense, muy seguida en el mercado, se invirtió brevemente el martes, una señal de que a los inversores les preocupa que las agresivas subidas de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos para frenar la inflación puedan llevar a la economía a una recesión.
“Vemos una baja probabilidad de recesión este año o el próximo. Nuestros modelos muestran que el riesgo es ligeramente superior al promedio histórico, pero no a un nivel que sea preocupante”, dijo Erin Browne, gestor de carteras multiactivas del gigante de los bonos PIMCO, en el Foro de Mercados Globales de Reuters el miércoles.
La opinión de Browne fue secundada por Ken Monaghan, codirector de alto rendimiento de la rama estadounidense de la mayor gestora de activos de Europa, Amundi, quien dijo en el foro que no espera una recesión en 2022 y que considera improbable que haya una en 2023 a pesar de algunos riesgos.
La última vez que esta parte de la curva de rendimiento, que compara las tasas de los bonos del Tesoro a dos años con los de 10 años, se invirtió fue en 2019 y, al año siguiente, Estados Unidos entró en recesión, si bien ésta fue causada por la pandemia mundial.
Las acciones, sin embargo, minimizaron la ominosa señal a principios de esta semana, y el S&P 500 cerró con una subida del 1,2% el día en que la curva se invirtió momentáneamente.
“No descarto que sea posible una recesión. Sin embargo, si nos fijamos en los fundamentos del mercado (de bonos) de alto rendimiento y en los ahorros que el consumidor -especialmente en Estados Unidos- ha acumulado (…) no vemos una recesión a corto plazo”, dijo Monaghan.01