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Salud
06/06/2022

Mitos sobre el síndrome del intestino irritable que debes conocer

Mitos sobre el síndrome del intestino irritable que debes conocer
El síndrome del intestino irritable ( SII), es el trastorno funcional digestivo más habitual en el mundo.

Es un grupo de síntomas digestivos, que incluye cólicos, dolor e hinchazón abdominal, estreñimiento y/o diarrea, y gases. Aunque es una afección relativamente común, el SII se suele malinterpretar, principalmente sus causas, tratamientos y formas de prevenirlo. Aquí repasamos los mitos más comunes a su alrededor.

Mito 1: El SII es una afección poco común
Verdad: Como señalamos, el SII es el trastorno funcional digestivo más habitual en el mundo. Las molestias que provoca pueden ocurrir durante mucho tiempo (en algunos casos, años) con períodos de agudización o mejoría.

Su prevalencia varía según las distintas regiones del mundo. Por ejemplo, en EE. UU. se estima que afecta entre 10 y 15% de la población, en Europa entre 5 y 15%, en México alrededor del 20%, mientras que en el resto de Latinoamérica oscila entre 10 y 20%.

Mito 2: Los adultos mayores tienen más riesgo de sufrir SII
Verdad: Esto no es cierto. Si bien la mayoría de las enfermedades e infecciones suelen ser más probables entre los adultos mayores, el caso del SII es diferente. Según explican los expertos, se puede presentar a cualquier edad, aunque a menudo comienza en la adolescencia o principios de la vida adulta. También es hasta dos veces más común en mujeres que en hombres.

Mito 3: No hay que preocuparse por el SII, ya que no afecta la calidad de vida
Verdad: El SII suele ser un trastorno crónico, debilitante y común de la interacción intestino-cerebro. Por este motivo, es muy probable que afecte significativamente la calidad de vida de los pacientes, al punto de que, si no se trata, puede imposibilitar realizar tareas o actividades diarias, como trabajar, viajar o asistir a eventos sociales.

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Mito 4: El SII puede causar cáncer
Verdad: Este es un mito muy difundido, pero no por ello cierto. Según señalan los investigadores, no existe evidencia científica que muestre que el SII sea capaz de causar daño permanente en los intestinos ni enfermedades graves, como el cáncer.

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