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Economía
11/06/2022

Chilenos comienzan a convivir con la desconocida inflación

Chilenos comienzan a convivir con la desconocida inflación
Generaciones de chilenos conviven por primera vez con la alta inflación: mientras las clases trabajadoras hacen malabares para hacer rendir el dinero, los niveles de compras en los estratos más altos se resisten a bajar.

Los altos precios están en boca de todos, pero son los más pobres quienes sufren más de sus consecuencias.

Con la venta de ensaladas en el mercado popular de La Vega, Ana pagó la educación de sus cuatro hijos. Pero ahora sus clientes compran las verduras y las preparan ellos para capear los altos precios.

“En la semana no vendo. Antes vendía por kilos”, pero hoy solo con las ventas de sábado y domingo “podemos salvar para la semana”, relata a la AFP Ana, de 56 años, cuarenta y dos de ellos en La Vega.

“Nunca había visto algo parecido. Hay gente que anda pidiendo verduras para llevarlas a su casa”, agrega, en su puesto vacío pero al que asiste todos los días para alimentar a sus gatos.

En mayo, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) ganó 1,2%, para alcanzar una cifra anual de 11,5% de alza, la más alta desde 1994, muy por encima del 3% que bordeó la inflación la última década. En lo que va del 2022, el alza alcanza 6,1%.

El reemplazo de las categorías más caras, la elección de las “marcas propias” y la preparación de alimentos en el hogar son hábitos tradicionales de protección de los consumidores frente a las alzas de precios, de acuerdo a expertos.

Dedicada a la venta de huevos, Roxana confirma la teoría: hoy vende menos y productos más pequeños.

“Cuando la gente tiene plata, lleva el (huevo) más grande; ahora lleva el más chico, porque está tratando de encontrar lo más barato y que el presupuesto le alcance”, dice a la AFP.

– Liquidez acumulada –
Pero pese a las quejas, el consumo se resiste a bajar en Chile.

El remanente de la fuerte inyección de liquidez en la economía chilena hasta el año pasado explica en parte el fenómeno de la inflación y también del consumo.

Producto de los tres retiros de fondos de pensiones y a las ayudas estatales entregadas a las familias para hacer frente a la pandemia, ingresaron a la economía unos 90.000 millones de dólares, casi un tercio de su PIB.

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