También conocido como “cardio”, este tipo de actividad se caracteriza por su baja intensidad desarrollada durante largos períodos de tiempo. Conoce qué ejercicios aeróbicos puedes hacer y cómo benefician tu salud.
A diferencia del ejercicio anaeróbico, que consiste en realizar actividades de alta intensidad durante períodos breves de tiempo, el ejercicio aeróbico se caracteriza por practicar actividades de intensidad leve o moderada durante largos períodos de tiempo.
Para realizarlo, el cuerpo consume grasas y carbohidratos, por lo que es una herramienta útil contra el sobrepeso o la obesidad. También incrementa la resistencia y capacidad pulmonar, ayudando a cuidar la salud cardiovascular.
Existen diferentes opciones para realizar ejercicio aeróbico, aptas para todas las personas:
Caminar
Generalmente, la caminata es vista como la introducción al resto de los ejercicios o actividades físicas. Quienes caminan regularmente puede reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, diabetes, depresión, sobrepeso u obesidad, e hipertensión.
Para hacerlo solo se necesita un buen calzado deportivo, que ofrezca soporte para los tobillos y reduzca el riesgo de lesiones. Respecto a la frecuencia, lo ideal es 150 minutos semanales, que pueden distribuirse de la forma más conveniente para cada uno.
Por ejemplo, caminatas de 30 minutos, 5 veces a la semana, o caminatas de 10 minutos, tres veces al día, 5 veces a la semana.
¿Por qué es difícil respirar cuando hacemos ejercicio?
Otra buena forma de controlar las caminatas es mediante aplicaciones o dispositivos para contar los pasos dados. Una vez que conozcas tu promedio, puedes proponerte aumentar la cantidad de pasos diarios o semanales, e intentar superarte y obtener más beneficios.
Correr o trotar
Correr es una de las formas más efectivas y sencillas de realizar ejercicio aeróbico, ya que solo necesitas un buen calzado deportivo. Esta actividad permite mejorar la salud del corazón, quemar grasas y calorías e incluso es una buena forma de relajarse.