El síntoma más característico del Asperger es el interés obsesivo que desarrolla la persona por un objeto o un tema específico. Por ejemplo, en un niño pueden ser los dinosaurios, o los insectos: conocerán todo sobre ellos, y querrán transmitir ese conocimiento a los demás compulsivamente. Las personas con esta afección tienen una nivel intelectual alto, y con el tratamiento adecuado pueden llevar una vida normal.
Otras características de la personalidad Asperger son:
La necesidad de cumplir con rutinas o rituales repetitivos
Un alto nivel de vocabulario y patrones de habla formales, aunque las habilidades de comunicación sociales son pobres: básicamente hablarán solo de su tema-obsesión.
Dificultad para comprender el metalenguaje, por ejemplo las metáforas (a las que tomarán literalmente) o los chistes.
Comportamiento social inapropiado o excéntrico, y perretas si no se hace lo que se les prometió o está establecido en su rutina. Como si no tuvieran la capacidad de seguir o cumplir con ciertas reglas establecidas por la sociedad porque ejemplo permanecer callados durante un servicio religioso.
Cierta dificultad o falta de coordinación motora que les impide hacer cosas como, por ejemplo, andar en bicicleta, bailar o practicar un deporte.
Generalmente el camino hacia el diagnóstico y tratamiento comienza en la casa y, si el niño ya está en el sistema escolar, también en el aula, cuando comienza a comportarse o hablar de una forma que parece un poco fuera de los parámetros de “normalidad”.