Putin anunció el mes pasado que Rusia emplazaría armas nucleares tácticas de menor alcance en el territorio de su vecino. Moscú afirma que la expansión de la alianza militar de la OTAN hacia las fronteras rusas le obligó a tomar esta medida.

Es la primera vez que Rusia afirma que va a emplazar armas nucleares en el territorio de otro país desde el final de la Guerra Fría, hace tres décadas, y parece subir la apuesta, al menos simbólicamente, en un enfrentamiento cada vez más intenso con Occidente por la guerra de Ucrania.

La semana pasada, Lukashenko afirmó que, en caso de necesidad, Rusia también podría colocar allí misiles nucleares intercontinentales, sobre todo si Occidente amenazaba con destruir Bielorrusia. Sin embargo, no ofreció pruebas de tal amenaza.

Putin y Lukashenko mantuvieron dos días de conversaciones en Moscú en el marco de la Unión de Estados, una unión y alianza sin fronteras entre las dos antiguas repúblicas soviéticas.

Rusia utilizó el territorio de Bielorrusia como plataforma de lanzamiento para su invasión de Ucrania en febrero del año pasado, y desde entonces su cooperación militar se ha intensificado, con ejercicios de entrenamiento conjuntos en suelo bielorruso.

Sin embargo, Lukashenko ha insistido en que Bielorrusia no es parte en la guerra ni tiene intención de serlo. En las declaraciones públicas de los líderes durante la cumbre no se mencionó la guerra de Ucrania.