El príncipe heredero y gobernante de facto, Mohamed bin Salmán, anunció la “transferencia del 4% de las acciones estatales de Saudi Aramco a la Saudi Arabian Investment Company (Sanabil Investments), dijo SPA en un comunicado.
Sanabil Investments es una compañía propiedad al 100% del fondo soberano saudita, llamado Public Investment Fund (PIF).
Tras esta transferencia, el estado saudita sigue siendo el mayor accionista de la petrolera, con una participación del 90,18%.
Aramco, una empresa que había sido totalmente estatal, saló a bolsa en Riad en diciembre de 2019.
La cotización del 1,7% de las acciones del gigante del oro negro había reportado al reino 29.400 millones de dólares.
Esta nueva operación “está en línea con las iniciativas a largo plazo para estimular y diversificar la economía saudita”, y refuerza “la posición financiera y la calificación crediticia del PIF” dirigida por el príncipe heredero, indicó la agencia.
No se especificó el importe de la operación, pero representa casi 80.000 millones de dólares al precio actual de las acciones de Aramco, que cotizan en la Riad.
El príncipe heredero está llevando a cabo un vasto programa de reformas para reducir la dependencia saudita del petróleo, del que es el primer exportador mundial.
El PIF realizó en los últimos años inversiones en empresas internacionales como Uber y Disney, así como en proyectos como Neom, una megaciudad futurista de 500.000 millones de dólares que se está construyendo en el desierto saudita.
El fondo soberano planea aumentar sus activos bajo gestión hasta 1 billón de dólares a finales de 2025, según el príncipe heredero.
Arabia Saudita depende en gran medida de su riqueza petrolera para financiar la diversificación de su economía.
Aramco anunció en marzo unos beneficios récord de 161.100 millones de dólares en 2022, un 46% en un año, gracias a la subida de los precios del petroleo.
El mayor exportador mundial de crudo se ha comprometido a ser neutro en carbono para 2060, pero sin abandonar la inversión en combustibles fósiles.
