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30/04/2021

¿Por qué son tan peligrosos los opioides?

Los opioides, muchas veces llamados narcóticos, son medicamentos con fuertes efectos analgésicos.

Algunos se producen a partir del opio, una mezcla de sustancias que se obtienen de la adormidera o amapola real (Papaver somniferum), mientras que otros pueden ser sintéticos (desarrollados en laboratorios).

Entre los opioides más conocidos se encuentra la heroína, codeína, fentanilo (Actiq®, Duragesic®, Sublimaze®), hidrocodona (Vicodin®, Norco®, Zohydro® y otros), hidromorfona (Dilaudid®), Meperidina (Demerol®), metadona (Dolophine®, Methadose®), morfina (Duramorph®, MS Contin®), oximorfona (Opana®), oxicodona (Percodan®, Percocet®, y OxyContin®, este último producido por Purdue Pharma).

Se pueden encontrar en diferentes presentaciones: cápsulas, líquido, pastillas, supositorios, o tabletas.

¿Cómo afectan al cuerpo?
Los opioides se relacionan químicamente e interactúan con los receptores de opioides en las células nerviosas del cuerpo y del cerebro, permitiendo así aliviar el dolor.

Si bien suelen ser seguros cuando se toman por un período de tiempo corto y siguiendo las indicaciones del médico, pueden causar efectos secundarios, como somnolencia, náuseas, estreñimiento o confusión.

Analgésicos opioides: mito y realidad

También pueden provocar euforia, por lo que es común que se los utilice de forma inapropiada, es decir, diferente a la indicada, en mayores dosis o sin la receta de un médico.

Sin embargo, incluso siguiendo las instrucciones del médico, los opioides pueden llevar a la dependencia, y, en caso de utilizarlos inapropiadamente, a la sobredosis o muerte.

Graves consecuencias
El abuso, la adicción y las sobredosis de opioides son graves problemas de salud pública en los Estados Unidos.

Se estima que durante la década del 90 casi 100 millones de estadounidenses sufrían dolor crónico, por lo que las autoridades sanitarias comenzaron a exigir regulaciones menos estrictas para el uso de analgésicos fuertes.

Muchas compañías farmacéuticas buscaron trasmitir tranquilidad a la comunidad médica y a la población, asegurando que los analgésicos opioides recetados no eran capaces de crear adicción.

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