Por ejemplo, existe un mayor riesgo de tener un aborto espontáneo (aunque esto puede pasar a cualquier edad), aumenta la probabilidad de que el bebé nazca con defectos de nacimiento, existan complicaciones durante el embarazo (preeclampsia, diabetes gestacional) o durante el trabajo de parto.

Incluso, también aumenta la posibilidad de tener un embarazo múltiple debido a que los cambios hormonales podrían provocar la liberación de varios óvulos a la vez; o también podríamos tardar más tiempo para quedar embarazadas.

Si bien, pueden aumentar el riesgo de estas complicaciones conforme pasan los años, es cierto que también se presentan los mismos riesgos a cualquier edad, no importa si se tienen 20, 30, 40 o 50 años.

Si decidimos que siempre sí queremos…
Por eso es importante que si decidimos convertirnos en mamás después de los 35 años, lo ideal es que nos atendernos oportunamente con nuestro médico, es decir, antes, durante y después del embarazo.

En mi caso, otro punto que analizo constantemente es la calidad de vida que tendremos tanto mis hijos como yo, si es que me decido a ser mamá otra vez. ¿Seré menos paciente, regañona o no?

Un estudio publicado en el European Journal of Developmental Psychology revela que las mamás que posponemos la maternidad podríamos ser menos regañonas y más pacientes, pero la verdad no me puedo imaginar cómo sería realmente mi caso