A pesar de ser una infección bastante común existen muchas dudas sobre ella ¿cuáles son sus causas? ¿es contagiosa? ¿qué tratamientos existen? ¿sirven los remedios caseros? Conoce aquí las respuestas a esas preguntas y más.
La amigdalitis, popularmente conocida como anginas, es una infección que afecta a las amígdalas. Estas son masas de tejido que se encuentran en la parte posterior de la garganta (una a cada lado).
Las amígdalas, junto al bazo, timo y adenoides, forman el sistema linfático, que se encarga de regular los fluidos corporales y prevenir las infecciones, ya que atrapan a los gérmenes que entran por la boca o nariz.
En algunos casos, estos microorganismos infecciosos superan la capacidad de las amígdalas para repelerlos y terminan por infectarlas. Es común que esto sea por culpa de virus comunes, como adenovirus, el de la influenza, Epstein-Barr o herpes simple. Sin embargo, existen casos donde las responsables son bacterias, como las del género Streptococcus.
Qué alimentos ayudan a prevenir infecciones
Aunque los adultos pueden tener amigdalitis, es más común que la padezcan los niños, especialmente entre los 5 y 15 años. Esto se debe a que después de la pubertad, las amígdalas están prácticamente inactivas. La amigdalitis suele provocar:
Amígdalas rojas e inflamadas, acompañadas por revestimiento o puntos amarillo y blancos.
Dolor de cabeza, estómago, garganta o nuca.
Dolor o problemas para tragar.
Fiebre.
Glándulas sensibles y dilatadas en el cuello.
Mal aliento.
Voz apagada, rasposa o ronca.
También puede causar, en los niños más pequeños, agitación inusual, falta de apetito o babeo excesivo.
Cómo tratar la amigdalitis
Es importante aclarar que la amigdalitis no es una enfermedad contagiosa, aunque las bacteria y virus que la provocan si lo son.