A cuatro décadas de haber imaginado un mundo donde cada escritorio tendría una computadora, Bill Gates anticipa ahora una transformación aún más profunda: la era de la “inteligencia gratuita”.
En diversas intervenciones públicas, entre ellas una entrevista con Jimmy Fallon y una charla en la Universidad de Harvard junto al profesor Arthur Brooks, el cofundador de Microsoft sostuvo que en 10 años, “la inteligencia artificial (IA) hará innecesarios a los humanos para la mayoría de las cosas”.
El empresario no plantea una evolución incremental, sino una disrupción total. La IA, afirma, democratizará el acceso al conocimiento avanzado y a habilidades cognitivas complejas, hasta ahora reservadas para especialistas con años de formación.
“Es algo muy profundo e incluso un poco aterrador… porque está ocurriendo muy rápido, y no hay un límite superior”, advirtió durante su paso por Harvard. En este escenario, las oportunidades serán inmensas, pero los desafíos también: desde la pérdida de empleos hasta dilemas éticos y desequilibrios sociales.
Qué significa la era de la “inteligencia gratuita”, según Bill Gates
El concepto de “inteligencia gratuita” propuesto por Gates no se refiere a una gratuidad económica literal, sino a la disponibilidad irrestricta de capacidades intelectuales avanzadas a escala global.
En este futuro posible, una persona sin acceso a universidades de prestigio podría obtener diagnósticos médicos de nivel profesional, o recibir clases con una tutoría tan personalizada, como la que brindaría un educador humano altamente capacitado.
Esta democratización del saber sería impulsada por sistemas de IA que, según Gates, replicarán el conocimiento de los mejores expertos en medicina y educación.
En sus palabras, esta tecnología resolverá el problema de escasez de personal capacitado en ámbitos donde la demanda supera ampliamente a la oferta. El acceso masivo a esas capacidades alterará la lógica del capital humano tal como se la conoce actualmente.
Cómo transformará la inteligencia artificial el trabajo en el mundo
Una de las preocupaciones más importantes es el impacto de la IA sobre el empleo. A medida que estas herramientas asuman tareas que antes requerían intervención humana, se plantea el riesgo real de una gran dislocación laboral.
El desplazamiento no afectará únicamente a empleos repetitivos o manuales, sino también a profesiones especializadas, desde abogados hasta radiólogos. Frente a esta transformación, Gates no se mostró optimista ni alarmista, sino alerta.
Varios expertos han señalado que el ritmo del cambio es tan acelerado, que aún no existen marcos regulatorios ni sociales preparados para enfrentar las consecuencias.