La Luna llena está cada vez más cerca de aparecer en el cielo en su máximo esplendor durante el último mes del año. Muchos esperan este momento ciertas actividades como acudir a la peluquería, sembrar ciertas plantas o realizar alguna tarea concreta de las que se cree que se ven afectadas por este satélite natural que gira alrededor de la Tierra.

Este acontecimiento astronómico tiene especial importancia, no solo porque es el último del 2023, sino porque anuncia que estamos cada más cerca del Solsticio de Verano, que será el jueves 22 de diciembre. Se trata del paso de la primavera a la estación siguiente, y es el día más largo del año.

El plenilunio que se espera para diciembre será en los próximos días. Cada mes, la Luna pasa por distintas fases que se producen a partir del cambio de posición de este cuerpo celeste respecto a la Tierra y al Sol. Este gira alrededor de nuestro planeta en aproximadamente 28 días y, con ese movimiento, se puede ver en su totalidad o casi nada según la sombra que pueda causar la Tierra sobre ella.

Este mes se pudo er la Luna plena y sin interferencias el jueves 8 de diciembre. Esta fecha coincidió con la celebración del Día de la Inmaculada Concepción, que en Argentina es feriado nacional.

Le sigue el cuarto menguante, que es cuando solo la mitad del disco lunar es visible desde la Tierra. Esta fase lunar caerá una semana después, el jueves 15 de diciembre.

La Luna nueva, que es el momento en que menos se puede ver al astro, será el viernes 23. Por lo tanto, esta Navidad casi no podremos ver al astro en el cielo. Sin embargo, eso cambiará para la noche de Año nuevo, ya que el cuarto creciente caerá el viernes 30 de diciembre.

Los significados de cada fase lunar
Cada fase por la que pasa la Luna tiene un significado especial por sus características particulares. La primera de todas es la Luna Nueva, también conocida como “Luna negra”. Se considera que es muy poderosa porque supone una renovación de energías que pueden afectar a las personas física y mentalmente.

La siguiente es el cuarto creciente, que es la primera aparición de la Luna en el cielo y solo se puede ver la mitad de ella. Para esta fase lunar se recomienda sembrar todo aquello que requiera una larga germinación, ya que se la asocia con el crecimiento. También es un buen momento para afrontar nuevos retos a nivel personal y/o profesional.

En el caso de la Luna llena, que es el momento en que se logra ver en la totalidad la cara del satélite hasta formar un círculo, trae grandes cambios biológicos que alteran el sistema nervioso y las personas se pueden encontrar más sensibles. Hay muchos mitos que rodean este fenómeno astronómico, como es el caso de los hombres lobo.

Por último, el cuarto menguante es la contracara de cuarto creciente, en que la Luna se va achicando en el cielo. Es un momento en el que las personas se pueden encontrar más “a la defensiva” y propicios a tomar decisiones menos racionales. De todos modos, puede ser un momento de “sembrar”, tanto literal como metafóricamente. Se considera que en esta fase lunar se debe plantar todo aquello que quede debajo de la tierra para que sus raíces se fortalezcan.