Comparten varias señales de alerta, pero saber diferenciarlos puede acelerar la búsqueda de ayuda, diagnóstico y tratamiento adecuados, para que no lleguen a afectar distintos niveles de la vida cotidiana.
Las principales señales físicas que comparten son:
Dolor en el pecho
Dificultad para respirar
Palpitaciones
Náuseas
Sudoración excesiva
Escalofríos
Dolor de cabeza y mareos
Temblores
Aunque tienen en común la sensación de miedo, los diferencia ciertas señales emocionales:
En los ataques de ansiedad hay: inquietud, angustia, recelo.
En los ataques de pánico hay: temor a perder el control, sensación de desapego (de uno mismo o de los entornos en donde hay otras personas)
Con tantos síntomas en común, hay que conocer claramente las diferencias, una de las más críticas es que el ataque de ansiedad suele comenzar frente a un “disparador”, puede ser una situación de alto estrés como el exámen final previo a la graduación, una audiencia de divorcio, el acto inesperado de hablar ante una audiencia, o la súbita pérdida de alguien profundamente querido.
Sin embargo, el ataque de pánico aparece de repente, de un segundo para otro, en apariencia sin una razón visible.
Entre ambas afecciones, el ataque de pánico es el que presenta los síntomas de manera más extrema, la sensación de emergencia es mucho más fuerte. La ansiedad es como que se va acumulando con el paso de los minutos, horas o incluso días, hasta que explota en forma de ataque.
Ataque de pánico
Un ataque de pánico comienza de repente y con mucha frecuencia alcanza su punto máximo al cabo de 10 a 20 minutos. Algunos síntomas pueden continuar durante una hora o más. Es posible que pueda confundirse con un ataque cardíaco.