“Estamos más que felices y dispuestos a trabajar con socios. Sin embargo, no necesitamos un socio”, dijo Ragnar Udd, presidente de BHP de Minerals Americas, en una entrevista con Reuters. “Así que tiene que ser realmente sobre lo que ese socio va a contribuir a la unión”.

BHP dijo el mes pasado que buscaba acelerar un año el proyecto de Jansen, Saskatchewan, en un contexto de escasez de oferta mundial de potasa tras la invasión de Rusia a Ucrania. Los precios de los nutrientes para cultivos se han disparado desde que se impusieron sanciones occidentales contra Moscú por la invasión.

Nutrien, el mayor productor de potasa del mundo y con sede en Saskatchewan, dijo la semana pasada que planea aumentar la capacidad en un 20% para 2025. El presidente ejecutivo interino de Nutrien, Ken Seitz, dijo a Reuters que no ha tenido conversaciones con BHP desde que asumió ese cargo en enero.

Rusia y Bielorrusia, que también enfrenta sanciones, son el segundo y tercer productor de potasa del mundo. Canadá es el número uno.

Antes de las sanciones, algunos analistas dijeron que la producción de potasa parecía estar bien abastecida. Sin embargo, Udd dijo que el crecimiento constante de la demanda global de potasa atrae a BHP, y que las expansiones planificadas de las minas de Europa del Este ahora parecen estar en peligro.

Se estima que la primera fase de Jansen costará a 5.700 millones de dólares con una capacidad anual para producir 4,4 millones de toneladas, a partir de finales de 2026.

“¿Estamos contribuyendo a un exceso? Eso está por verse”, dijo Udd, y agregó que BHP eventualmente quiere ser el líder del mercado. Los pozos de la mina de Jansen están diseñados para una capacidad de 16 millones de toneladas anuales, afirmó Udd.