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01/05/2023

Boca y un 3 a 1 para volver a soñar

Boca y un 3 a 1 para volver a soñar
Se notan otros vientos en La Ribera, y sí se nota la llegada de un técnico profesiónal como Almirón. El equipo ya no depende de los arrestos individuales de sus jugadores, ahora esas individualidades est+an al servicio del equipo

El tiempo perdido sin un técnico de oficio ya es cosa del pasado. El plantel se demostró a sí mismo que puede. Primero, salió de un pozo lleno de derrotas consecutivas (Colón, San Lorenzo y Estudiantes) logrando dos victorias y una igualdad. Ganó su segundo partido consecutivo en la Bombonera –ya le había ganado a Deportivo Pereira, de Colombia- tras perder tres en fila anteriormente (antes de los santafecinos y los platenses, Instituto fue verdugo). Y volvió a convertir: hizo siete entre los últimos tres compromisos (dos a los colombianos, dos a Rosario Central y tres a Racing) cuando había llegado al duelo copero sin convertir en tres de los anteriores cuatro partidos.

Se sabía que Almirón es un técnico exigente y que a veces llega a la obsesión. No es la misma, grandilocuente de manera exagerada de un Sampaoli, pero sí eficaz. Corre por la línea lateral de la cancha, hasta que los árbitros le recuerdan que no puede hacerlo en toda su extensión.

En la ubicación de Advíncula en el lateral estuvo la base del triunfo xeneixe, fue una ubicación estratégica ya que le cortó el circuito productivo habitual de Racing y además lo convirtió en un generador de jugadas ofensivas al evitar que Villa tenga que bajar a buscar las pelotas.

Y esa ubicación fue una decisión de Almirón. Como también su fuerte personalidad le facilita evitar que se genere el clima de los vestuarios negativos.

Los mismos jugadores están satisfechos con el nuevo técnico y le reconocen la obsesión por el trabajo y como planifica el trabajo.

Un dicho lo pinta entero: “se tiene que jugar como se entrena previamente…” dice, y así se hace.

El hincha se está empezando a tranquilizar. No canta victoria, por supuesto. Sin embargo, así como se percibieron fácilmente los murmullos en derrotas pasadas, también se palpa que empieza a gustarle lo que dentro del campo exhiben. Mayores sociedades, mucha más actitud y personalidad grupal, y menos individualismo.

Casi que el crecimiento innegable va por capítulos: el sábado le tocó al ataque. Boca pudo haber hecho, al menos, un gol más. Fueron directos, a pura velocidad y con mucha gente llegando a la definición. No es un trabajo que Almirón haya decidido exclusivamente por dirigir a un gigante: es su esencia. Y los jugadores creen en una idea nítida que ya ha tenido éxito, principalmente visible, en el Lanús de 2016-2017

Ahora todo es esperar, pero con  un a mayor esperanza de que Boca vuelva a ser un equipo con personalidad, identidad propia.

Por lo que se ve, todo eso puede pasar

 

 

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