El cerebro humano es una maravilla de la naturaleza, capaz de realizar una multitud de funciones complejas y albergar una cantidad asombrosa de información. Sin embargo, es una experiencia común y frustrante olvidar cosas cotidianas, como las llaves del auto, nombres de personas o tareas pendientes.
Este aparente contraste entre la capacidad de almacenamiento del cerebro y la ocurrencia de olvidos menores ha generado incertidumbre entre los científicos por saber como funciona el órgano más importante del cuerpo.
Según expertos, una de las explicaciones fundamentales para este fenómeno radica en la naturaleza selectiva de la memoria humana. Aunque el cerebro tiene la capacidad de almacenar vastas cantidades de información, no todas las experiencias y detalles cotidianos son procesados y almacenados con igual intensidad.
La memoria tiende a priorizar eventos emocionalmente significativos, novedosos o relevantes para las metas y objetivos actuales. Como resultado, detalles aparentemente menores pueden quedar en segundo plano en comparación con información más relevante para el individuo en ese momento.
Esto quiere decir, por ejemplo que si estamos pensando en un examen importante, el cerebro sea más propenso a priorizar dicha información y olvidar por ejemplo donde dejamos las llaves de la casa.
A medida que acumulamos experiencias y conocimientos a lo largo del tiempo, diferentes recuerdos pueden superponerse y competir por la atención y el acceso a la conciencia. Cuando intentamos recordar algo específico, otros recuerdos o información reciente pueden interferir y dificultar la recuperación del objetivo deseado.
Nuestros recuerdos se almacenan en células llamadas engramas, que son grupos de neuronas especializadas que se activan en respuesta a una señal ambiental. Por ejemplo, cuando olemos el perfume que solía llevar nuestro ex pareja, se activan ciertos grupos de células en nuestro cerebro y se nos vienen a la mente recuerdos olvidados asociados a la relación.
En el caso de que luego tengamos otra pareja, cuando volvemos a sentir el olor del perfume de nuestra ex pareja, después de un lapso de tiempo considerable, es menos probable que se active el recuerdo. Esto no significa que haya desaparecido, sino que ya no es tan accesible porque no es tan relevante para nuestras circunstancias actuales.