Decenas de personas resultaron heridas por el choque y el incendio posterior. Según las autoridades, se espera que el número de muertos siga aumentando, ya que la temperatura en uno de los vagones alcanzó los 1.300 grados tras quedar envuelto en llamas.
El jefe de estación fue detenido mientras los investigadores trataban de averiguar por qué los dos trenes circulaban por la misma vía.
La colisión se produjo cuando el tren de pasajeros, que se dirigía a Tesalónica, en el norte de Grecia, desde la capital, Atenas, salía de un túnel cerca de la ciudad de Larisa, en el centro del país.
“Oímos un gran estruendo, fueron 10 segundos de pesadilla”, dijo Stergios Minenis, un pasajero de 28 años que saltó para ponerse a salvo.
“Estuvimos dando vueltas en el vagón hasta que caímos de costado (…) entonces cundió el pánico, cables (por todas partes) fuego, el incendio fue inmediato, mientras nos sacudíamos nos estábamos quemando, fuego a diestra y siniestra”.
Por la mañana, los equipos de rescate recorrieron la humeante masa de acero destrozada y las grúas levantaron los vagones de pasajeros descarrilados, con las ventanillas destrozadas. Uno de los carros estaba de costado, a casi 90 grados del resto del tren siniestrado, y otros se inclinaban precariamente.
El portavoz de los bomberos, Vassilis Varthakogiannis, dijo que la temperatura en el primer vagón había alcanzado los 1.300 grados centígrados, lo que dificultaba la identificación de las personas atrapadas en su interior.
“El número confirmado de muertos es de 36, pero basándonos en estos hechos y en los hallazgos en el lugar de la tragedia, se espera que la cifra sea mayor”.