Los beneficios del ejercicio regular son múltiples para la salud, entre ellos:
Aumento en la captación máxima de oxígeno.
Aumento de la masa magra (músculo).
Reducción de la presión arterial sistólica y diastólica en reposo.
Aumento de los niveles del colesterol HDL (colesterol bueno).
Reducción de los niveles del colesterol LDL (colesterol malo).
Aumento de la tolerancia a la glucosa (mejor aprovechamiento de la glucosa por el cuerpo).
Estos beneficios que se consiguen básicamente al realizar ejercicios aeróbicos, caracterizados por ser de larga duración, moderada intensidad como por ejemplo, correr, montar en bici, trotar, realizar elíptica, nadar.
En los últimos años se ha estudiado cada vez más los efectos de este tipo de ejercicio aeróbico en la salud, a pesar de que ya hace casi una década se sabe de su existencia.
High Intensity Interval Training (HIIT)
Que por sus siglas en inglés significa “Entrenamiento interválico de alta intensidad”, este tipo de ejercicios se caracteriza por esfuerzos intermitentes máximos intercalados con periodos de recuperación, un ejemplo sería al correr a una leve-moderada intensidad realizar cambios en la intensidad/velocidad (mayor) y posteriormente regresar a baja intensidad, por lo que se realizan intervalos de baja intensidad y alta intensidad durante el mismo entrenamiento.
Existen diferentes protocolos HIIT en función del tipo de actividad la intensidad y la duración de los periodos de actividad y recuperación.
Ráfagas cortas de ejercicio son tan beneficiosas como los entrenamientos regulares
Sin duda no se recomienda a una persona sedentaria que no se ha realizado ningún estudio para descartar algún riesgo cardiovascular, ya que las intensidades que alcanza el HIIT es muy alta y el riesgo también lo es.
Por lo que es sólo apto para personas que realizan mucho ejercicio de este tipo o atletas que ya tienen estudios de detección de enfermedades cardiovasculares.