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21/10/2022

Cómo proteger el hígado del daño causado por el alcohol

Cómo proteger el hígado del daño causado por el alcohol
El hígado es uno de los órganos más afectados por el consumo de alcohol, ya que se encarga de metabolizar alrededor del 90% que absorbe el organismo.

A la larga, este consumo puede provocar afecciones como hígado graso, hepatitis alcohólica o cirrosis. Afortunadamente, incorporando distintos hábitos saludables se puede proteger el hígado y reducir el impacto del alcohol.

El hígado es el órgano de mayor tamaño dentro del cuerpo, pesa alrededor de un kilo y medio y se encuentra en la zona superior derecha de la cavidad abdominal, es decir, debajo del diafragma y sobre el estómago, riñón derecho e intestinos.

Aunque muchas veces parece estar relegado en comparación a otros órganos, como el corazón o el cerebro, el hígado cumple funciones cruciales para el funcionamiento de nuestro organismo. Entre ellas se destacan:

Almacenar energía.

Ayudar a digerir alimentos.

Eliminar del cuerpo diferentes tipos de toxinas.

Metabolizar las grasas, carbohidratos y proteínas.

Procesar la hemoglobina.

Procesar los medicamentos.

Producir y equilibrar la glucosa.

Regular la coagulación sanguínea.

Regular los niveles de aminoácidos en sangre.

Cómo impacta el alcohol en el hígado
Cuando bebemos alcohol, este pasa inmediatamente a la sangre, donde es transportado hacia el hígado para ser metabolizado por unas células llamadas hepatocitos.

Cómo controlar el hígado graso

Durante este proceso el alcohol se “oxida” y transforma en una sustancia llamada acetaldehído, principal responsable de los efectos nocivos del alcohol, como resaca alcohólica, activación de sustancias inflamatorias que dañan las células hepáticas, y mayor riesgo de desarrollar cáncer, cirrosis, esteatosis, fibrosis hepática o hepatitis alcohólica.

Este proceso también puede provocar un incremento en los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre, un aumento del ácido úrico y un descenso de los niveles de glucosa.

A su vez, ciertos factores pueden aumentar el riesgo de sufrir estos daños:

Consumir tabaco.

Mezclar el alcohol con medicamentos.

Ser mayor de 45 años.

Ser mujer.

Ser obeso.

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