Seguinos

19/02/2021

Cómo protegerse durante una tormenta helada de nieve

Las tormentas de nieve y el frío extremo que acarrean pueden parecer bellas en postales o en películas que transcurren en las montañas. Y lo son. Pero también son peligrosas para la salud.

Hay tres riesgos concretos de los que hay que protegerse en primer lugar:

Congelamiento
La exposición al frío extremo afecta al cuerpo en tres etapas:

Temprana. La persona sentirá hormigueo y entumecimiento en el área más expuesta al frío. La piel se pondrá muy blanca. Las principales partes afectadas son las extremidades, dedos de las manos y los pies, nariz y orejas.

Intermedia. Si la exposición al frío se prolonga, puede haber daño de los tejidos, y empiezan a aparecer heridas rojas, como moretones con ampollas. La piel por debajo de esas lastimaduras está intacta, pero no por mucho tiempo si no se trata la lesión superficial.

Avanzada. Cuando la exposición al frío continúa, el congelamiento se vuelve severo. La piel se torna azul y el tejido profundo se daña. Este daño puede seguir profundizándose y alcanzar los tendones, músculos, nervios y huesos. Ya se trata de una emergencia médica. El tejido muere y se vuelve necrótico.

Esta situación médica puede conllevar efectos a largo plazo como mayor sensibilidad al frío, sensación de entumecimiento en las partes afectadas, reducción de la sensibilidad y dolor persistente.

Hipotermia
La hipotermia es causada por exposiciones prolongadas a temperaturas muy frías. Cuando se expone a temperaturas frías, el cuerpo comienza a perder calor más rápido de lo que lo produce. Las exposiciones prolongadas eventualmente consumirán la energía almacenada, lo que lleva a una temperatura corporal más baja.

La temperatura corporal demasiado baja afecta el cerebro, lo que hace que la víctima no pueda pensar con claridad o moverse bien. Esto vuelve a la hipotermia especialmente peligrosa, porque es posible que una persona no sepa lo que está sucediendo, y no podrá reaccionar.

Si bien la hipotermia es más probable a temperaturas muy frías, puede ocurrir incluso a temperaturas frías (por encima de 40° F, 4° Celsius) si una persona se enfría por la lluvia, el sudor o la inmersión en agua fría.

Compartir