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Salud
19/10/2021

Cómo y para qué se puede usar la planta malva

Cómo y para qué se puede usar la planta malva
La malva es una planta que puede encontrarse fácilmente en forma silvestre y se caracteriza por sus flores púrpuras.

Desde hace siglos, sus flores, hojas y mucílago (sustancia vegetal viscosa) se han usado con fines medicinales. Conoce aquí cuáles, a qué se deben y cómo aprovecharla.

¿Qué es la malva?
La malva (Malva sylvestris) es una planta perteneciente a la familia Malvaceae. Aunque es originaria de Europa se encuentra muy extendida por todo el mundo, al punto que es común encontrarla en campos o baldíos. Se caracteriza por medir entre 3 y 4 pies de altura (90 a 120 cm) y tener unas llamativas flores púrpuras.

Desde hace siglos que se utiliza con fines medicinales, debido a que es rica en distintos componentes bioquímicos beneficiosos, como taninos, vitaminas, especialmente A, B y C, y minerales, como calcio, hierro y magnesio.

Para qué se usa la malva
Como sucede con muchas hierbas, la malva cuenta con una larga tradición medicinal. Generalmente, sus beneficios se obtienen al beberla en infusión, aunque también se usa tópicamente:

Calma el dolor
Uno de los usos comunes de la malva aliviar el dolor y acelerar la recuperación de las heridas. Según la evidencia disponible, esto se debe a que posee compuestos con propiedades analgésicas.

Hierbas medicinales para controlar la diabetes

Desde la medicina tradicional se promueve el uso de sus hojas en forma de cataplasma sobre la zona afectada, aunque también es común que se la beba en infusión para aliviar el dolor articular.

Antiinflamatoria
Continuando con los efectos beneficiosos de la malva sobre la piel, existen estudios que hallaron que esta planta posee propiedades antiinflamatorias, por lo que es común que se use contra las picaduras de insectos, hematomas, quemaduras solares o erupciones cutáneas.

Mejora la digestión
Un remedio casero muy popular que se prepara con semillas y hojas de malva sirve para mejorar la digestión. Solo se debe verter agua caliente sobre un puñado de semillas, hojas, o ambas, dejarlo reposar y luego colar.

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