Los restos fueron descubiertos el pasado martes en el fondo de un despeñadero del municipio de Zapopan, un suburbio de Guadalajara, lo que dificultaba las labores de recolección debido a lo accidentado del terreno.

Ante los riesgos para el descenso, agentes de la fiscalía dejaron esta labor a personal de Protección Civil entrenado para esta clase de maniobras, constató la AFP.

El fiscal estatal de Jalisco, Luis Joaquín Méndez, informó por su parte que el número de bolsas con restos humanos podría subir mientras prosiguen los trabajos.

“Nada más quiero precisar que el número de bolsas no va en razón del número de víctimas que se están localizando”, señaló Méndez a periodistas en una entrevista en el lugar del hallazgo.

El jueves, la fiscalía dijo que en un “cruce de información preliminar” esos restos coincidían con las características físicas de algunos de los jóvenes que están siendo buscados.

Méndez detalló este viernes que existen indicios de coincidencias físicas y antropométricas con algunas de las víctimas. “No puedo dar el número exacto porque necesitamos los trabajos periciales”, añadió.

Los desaparecidos tienen en común que trabajaban en un call center (centro de atención telefónica). Según el gobierno federal, este call center estaría involucrado en fraudes inmobiliarios y algún tipo de extorsiones telefónicas, de acuerdo con las primeras indagatorias.

Fueron vistos por última vez entre el 20 y el 22 de mayo, según las denuncias presentadas por separado.

Las autoridades habían identificado inicialmente a siete desaparecidos: Carlos Benjamín, Arturo, Jesús Alfredo, Mayra Karina, Jorge Miguel y los hermanos Itzel Abigail y Carlos David.