Una reconocida terapeuta sexual con 45 años de experiencia identificó que la principal causa de infidelidad no es la lujuria, el aburrimiento o la necesidad de validación, sino algo mucho más profundo: la “muerte emocional” de la relación.
Esther Perel, psicoterapeuta de 66 años que trabajó durante décadas con parejas afectadas por el engaño, reveló que esta desconexión gradual representa el verdadero detonante que lleva a las personas a buscar fuera de su relación lo que ya no encuentran en casa.
En una entrevista con The Telegraph, Perel explicó que las relaciones de largo plazo experimentan una desconexión emocional y erótica que deja a uno o ambos miembros de la pareja con sensación de adormecimiento e invisibilidad. Esta “muerte” de la relación se convierte en una señal clave de que uno de los miembros podría estar en busca de alternativas fuera del vínculo establecido.
La experta señaló que este fenómeno no es inusual en las relaciones, ya que la transición desde la etapa de citas hasta las responsabilidades domésticas, los traslados escolares y las compras de supermercado no resulta particularmente emocionante. La chispa inicial y la sensación de emoción que caracterizaba los primeros encuentros se desvanece gradualmente.
“La responsabilidad y el placer no van necesariamente bien juntos. Los ingredientes que son esenciales para el amor no son necesariamente los mismos que alimentan el deseo”, explicó la terapeuta sexual al medio británico. Esta observación subraya la complejidad inherente a las relaciones de pareja, donde los elementos que sostienen el compromiso a largo plazo pueden paradójicamente erosionar la pasión que inicialmente unió a la pareja.
La terapeuta enfatizó que aunque es normal que la chispa se desvanezca con el tiempo, existen estrategias específicas para mantener viva la curiosidad hacia la pareja y prevenir esa muerte emocional que puede conducir a la infidelidad.
Estrategias para revitalizar la conexión de pareja
Perel reveló que crear nuevos métodos de exploración en una relación puede ayudar a ver a la pareja bajo una nueva perspectiva, y estas estrategias no necesariamente tienen que ser de naturaleza sexual. La clave radica en generar oportunidades para el redescubrimiento mutuo.
“Podría ser contar historias interesantes, crear nuevos rituales, probar comida nueva. Se trata de darle a tu pareja la oportunidad de verte a ti y a ellos mismos en un nuevo contexto”, detalló. Estas actividades aparentemente simples pueden funcionar como catalizadores para reavivar la curiosidad y el interés mutuo que caracterizaba las primeras etapas de la relación.
Adicionalmente, la psicoterapeuta recomendó otorgarse mutuamente “espacio“, incluye vacaciones separadas o incluso dormir en camas separadas, bajo el principio de que “el deseo necesita espacio”. Esta perspectiva desafía la noción convencional de que las parejas deben compartir todo para mantener la intimidad.
“Si se entrelazaron demasiado, no pueden tener una relación porque ya son la misma persona”, advirtió. Esta observación sugiere que cierto grado de individualidad y autonomía personal resulta esencial para mantener el atractivo y el misterio que alimentan el deseo romántico.
La infidelidad como oportunidad de fortalecimiento
Contrario a las percepciones populares, Perel sostiene que la infidelidad no tiene que significar necesariamente el fin de una relación. De hecho, la terapeuta cree que puede fortalecerla al sacudir a las parejas de su complacencia. “Muchas aventuras son rupturas, pero algunas son reconciliaciones”, declaró al The Observer.
La especialista no defiende el adulterio, pero argumenta que no puede reducirse a catalogar a los miembros de la pareja como simplemente buenos o malos. En su nuevo libro The State of Affairs Rethinking infidelity (El estado de las aventuras: Repensar la infidelidad), Perel plantea que el divorcio no debería ser la única opción disponible para las parejas que enfrentan infidelidad.
“Creo que las personas deberían poder determinar por sí mismas las decisiones que tomarán y las consecuencias de las mismas. Simplemente empujar a las personas al divorcio y pensar que el divorcio siempre es la mejor solución cuando disuelve todos los vínculos familiares… Vidas enteras están entrelazadas con un matrimonio”, explicó la psicóloga.
Las aventuras extramaritales pueden mejorar las relaciones porque obligan a las parejas a hacer un balance de su matrimonio. “A veces la relación que surge es más fuerte, más honesta y profunda que la que existía antes porque las personas finalmente dan un paso adelante”, concluyó Perel.