En una ceremonia que se llevó a cabo hoy en la Sala Hynes O’Connor, el Ente Cultural de Tucumán hizo entrega a la comunidad de Santa Ana (Río Chico) la Declaratoria Patrimonial como Bien de Interés Cultural Provincial a la Parroquia Santa Ana y San Joaquín, ubicada en la ex Villa Vieja de la zona.

Construido en el siglo XIX, el templo pertenece al conjunto de inmuebles en propiedad del Arzobispado de Tucumán, y cuenta con la anuencia para su incorporación al listado de los bienes arquitectónicos de preservación y conservación patrimonial.

El antiguo edificio simboliza las huellas del pueblo de Santa Ana como así también de todos los tucumanos, atestiguando diversas circunstancias de la historia a lo largo de casi 150 años.

El presidente del Ente Cultural de Tucumán, Martín Ruíz Torres, destacó el gran aporte de la institución eclesiástica en materia de derecho y de cultura. “Esta declaratoria es una impronta fundamental como testimonio histórico de la zona”, sostuvo.

La docente y escritora Rita Beatriz Valenzuela, ciudadana de Santa Ana, consideró que la loable acción logrará trasladar a la comunidad un mayor interés y valoración en lo concerniente al acervo religioso y patrimonial con la finalidad de aspirar a la trascendencia social. “El resurgimiento de la cultura del pueblo de Santa Ana es un sueño que se hace realidad”, dijo la docente.

En representación de la Comisión de Patrimonio de la Provincia, la arquitecta Gabriela Logiúdice señaló que desde la Comisión se contribuye con el acercamiento de los estudiosos para la valoración arquitectónica del lugar, como así también se brinda apoyo a la comunidad para el rescate de la identidad del lugar.

Asimismo, la directora de Patrimonio del Ente Cultural, Mercedes Aguirre, precisó: “Necesitamos que cada uno en su lugar reconozca su patrimonio. La gran tarea del Ente Cultural es apoyar todas estas acciones que engrandecen a la zona”.

Por último Diego Cocha, sacerdote de la Iglesia, recordó que por el templo también pasó evangelizando el cura Brochero. Consideró la iniciativa como un hecho histórico para la comunidad. “La parroquia es el lugar de encuentro entre la comunidad y Dios”, concluyó.