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Salud
23/03/2024

Descubren una proteína que estaría detrás de las personas “friolentas”

Descubren una proteína que estaría detrás de las personas “friolentas”
Este descubrimiento puede tener implicaciones para la salud y el bienestar humanos, ya que, por ejemplo, los enfermos de cáncer que reciben quimioterapia suelen experimentar reacciones dolorosas a las bajas temperaturas.

Un equipo de científicos de Estados Unidos logró identificar al responsable de que los mamíferos sientan frío. Este hallazgo, publicado en “Nature Neuroscience”. Se trata de la proteína GluK2, presente en las neuronas del cerebro, donde recibe señales químicas para facilitar la comunicación entre neuronas. Pero también se expresa en las neuronas sensoriales del sistema nervioso periférico (fuera del cerebro y la médula espinal).

“El descubrimiento de esa proteína como sensor del frío en los mamíferos abre nuevas vías para comprender mejor por qué los humanos experimentan reacciones dolorosas al frío, e incluso puede llegar a ofrecer una posible diana terapéutica para tratar ese dolor en pacientes cuya sensación de frío está sobreestimulada”, explicó el el neurocientífico y profesor de la Universidad de Michigan, Shawn Xu.

A través de una serie de experimentos para probar las reacciones de comportamiento de los animales a la temperatura y otros estímulos mecánicos, el equipo descubrió que los ratones respondían normalmente a temperaturas cálidas, templadas y frías, pero no mostraban respuesta al frío nocivo.

“Ahora sabemos que esta proteína cumple una función totalmente diferente en el sistema nervioso periférico, procesando señales de temperatura en vez de señales químicas para detectar el frío”, explica Bo Duan , profesor asociado de Biología molecular, celular y del desarrollo de la UM y coautor principal del estudio.

Si bien GluK2 es más conocida por su papel en el cerebro, Xu especula que esta función de detección de temperatura puede haber sido uno de los propósitos originales de la proteína. El gen GluK2 tiene parientes en todo el árbol evolutivo, remontándose hasta las bacterias unicelulares.

Cuándo la sensación de frío está sobreestimulada
“Una bacteria no tiene cerebro, entonces, ¿por qué desarrollaría una forma de recibir señales químicas de otras neuronas? Y es que tendría una gran necesidad de sentir su entorno, y tal vez tanto la temperatura como los químicos”, sostiene Xu, quien también es profesor de Fisiología molecular e integrativa en la Facultad de Medicina de la UM.

“Así que creo que la detección de temperatura puede ser una función antigua, al menos para algunos de estos receptores de glutamato, que finalmente fue adoptada a medida que los organismos desarrollaron sistemas nerviosos más complejos”, estima.

Además de llenar un vacío en el rompecabezas de la detección de temperatura, Xu cree que el nuevo hallazgo podría tener implicaciones para la salud y el bienestar humanos. Así, por ejemplo, los pacientes con cáncer que reciben quimioterapia, por ejemplo, suelen experimentar reacciones dolorosas al frío.

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