Aunque muchos asocian el laurel únicamente con la cocina, sus usos van mucho más allá de dar sabor a las comidas. En el mundo de los trucos caseros, existe un método simple y poco conocido que lo convierte en un aliado perfecto para el hogar: colocar una hoja de laurel dentro de la heladera.
Gracias a su aroma característico, esta planta actúa como un desodorante natural capaz de neutralizar los malos olores que suelen generarse por ciertos alimentos o restos en mal estado, logrando que cada vez que abras la puerta percibas un ambiente fresco y agradable.
Para llevarlo adelante, es necesario tener una o dos hojas de laurel secas y ubicarlas en los rincones de la heladera, preferentemente en los estantes donde se guardan los alimentos que suelen desprender más olor, como los quesos o las verduras.
Además de combatir los olores, el laurel tiene propiedades antimicrobianas que pueden ayudar a reducir la proliferación de bacterias y hongos en el ambiente cerrado de la heladera. Esto contribuye a que los alimentos se mantengan frescos por más tiempo y a evitar la aparición de moho.
También se puede usar en alacenas, cajones o cualquier espacio donde quieras mantener un aroma agradable y proteger los alimentos. Eso sí, es importante cambiar las hojas cada dos o tres semanas para que sigan cumpliendo su función.