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04/01/2021

El Brexit trae restricciones para ciudadanos de uno y otro lado del canal de la Mancha

sáb., 2 de enero de 2021 5:57 a. m. GMT-3 Los ciudadanos del Reino Unido y de la Unión Europea tendrán que enfrentarse a partir del viernes a la cruda realidad cotidiana del Brexit, con el retorno de fronteras y normas que habían sido eliminadas hace déca

A partir de esa fecha, los ciudadanos británicos en la Unión Europea serán considerados nacionales de un “tercer país”, y por lo tanto sin los beneficios de libre circulación para estudiar o trabajar en cualquiera de los Estados miembros del bloque.

Del otro lado del canal de la Mancha, los europeos residentes en el Reino Unido pasarán a recibir el mismo tratamiento destinado a personas de cualquier otro país, con la posibilidad de registrarse para poder seguir viviendo en territorio británico.

En el ámbito del turismo también habrá cambios significativos. El Reino Unido y la UE acordaron que los viajes de placer se podrán realizar sin un visado, pero los británicos ya no podrán utilizar en Europa los servicios automáticos de control fronterizo de pasaportes.

Para viajar a Europa, los británicos deberán poseer pasaporte con al menos seis meses de validez y su estancia estará limitada a un total de 90 días por semestre.

– Cambios para los estudiantes –

Los ciudadanos europeos que pretendan estudiar en el Reino Unido a partir de enero precisarán de un visado para cursos con duración superior a seis meses, y pagarán tarifas mayores que los estudiantes locales (tarifas que en algunos cursos pueden ser hasta cuatro veces más elevadas).

Esta normativa despertó el inmediato temor en universidades británicas de perder un elevado número de estudiantes en favor de instituciones en Europa, donde muchas de ellas son gratuitas.

De acuerdo con un estudio del parlamento en Londres, había 143.000 estudiantes europeos en universidades británicas en el año académico 2018/2019.

En 2015, esos estudiantes europeos inyectaron nada menos que 25.800 millones de libras esterlinas (casi 35.2000 millones de dólares, 28.600 millones de euros) a la economía británica.

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