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Mundo
02/07/2022

El desastre en enclave español del norte de África acaba con los sueños europeos de los inmigrantes

El desastre en enclave español del norte de África acaba con los sueños europeos de los inmigrantes
Salah Eddine Ahmad Mousa se embarcó en una larga y peligrosa odisea hacia Europa tras huir de la guerra en Darfur en 2018, y acabó identificando la frontera terrestre de Marruecos con un enclave español como el punto de entrada más seguro.

Pero el viaje del refugiado sudanés se detuvo de forma desastrosa la semana pasada, cuando él y otros 2.000 migrantes intentaron entrar en la posesión española de Melilla, en el norte de Marruecos.

El intento provocó la muerte de al menos 23 migrantes y desencadenó violentas escaramuzas con las fuerzas de seguridad marroquíes y los guardias fronterizos españoles. Las autoridades marroquíes dijeron que las muertes se produjeron por aplastamiento tras lo que denominaron una estampida, y por la caída de los inmigrantes desde una valla alta.

Tirado entre los fallecidos y los heridos, Mousa se hizo el muerto para sobrevivir, dijo, relatando uno de los episodios más desesperantes de una caminata de años a través de Egipto, Libia y Argelia.

El joven de 24 años dijo a Reuters que había elegido Marruecos como trampolín hacia un refugio en Europa porque su frontera terrestre, según había oído, se podía atravesar sin la ayuda de contrabandistas.

Alarmado por el desastre de Melilla, donde dice que el puesto fronterizo fue asaltado por inmigrantes desesperados por el hambre, ahora busca una ruta menos arriesgada.

“No quiero quedarme en Marruecos. Tengo que encontrar un país seguro”, dijo, en una sentada de solicitantes de asilo frente a la sede de la agencia de la ONU para los refugiados en Rabat.

La mayoría de los participantes en la sentada tenían cicatrices y heridas de los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en Melilla y de los intentos de escalar la valla que separa el enclave de Marruecos.

Marruecos niega haber hecho un uso excesivo de la fuerza y ha demandado a 65 inmigrantes, en su mayoría sudaneses, por cargos como organizar el cruce, atacar a las fuerzas de seguridad y provocar incendios en los bosques.

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