El Gobierno de Javier Milei dio en la última semana varios pasos en la búsqueda de la desregulación y el corrimiento del Estado en el sector energético, aunque aún restan medidas por implementar. La hoja de ruta incluye la aceleración de los aumentos de tarifas de electricidad y de gas natural, junto con el recorte de subsidios a los hogares de ingresos medios y bajos.
La prioridad del ministro de Economía, Luis Caputo, junto con el secretario coordinador de Minería y Energía, Daniel González, es reducir las subvenciones para garantizar el equilibrio fiscal y completar el proceso de “sinceramiento” de los precios relativos. Sin embargo, esa agenda está condicionada a evitar un impacto que frene la desaceleración de la inflación en un año electoral.
La secretaria de Energía, María Tettamanti, habilitó que las empresas celebren libremente contratos de compra y venta de energía, en un esquema similar al de los 90′, aunque con diferencias en la gestión libertaria. Esto plantea dudas sobre el futuro de los subsidios en las tarifas.
La Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A. (Cammesa) es responsable de comprar combustibles para las generadoras térmicas y actúa como intermediaria de los contratos de abastecimiento para grandes usuarios y distribuidoras que proveen a los hogares. El 80% de sus acciones pertenece a las Asociaciones que agrupan a las compañías del sector, mientras que el 20% restante está en manos de la Secretaría de Energía.
Cammesa adquirió un rol central en las últimas dos décadas en el sistema por los esquemas de retrasos tarifarios y subsidios en los gobiernos kirchneristas. Compra energía a las generadoras y se la vende a las distribuidoras, que cobran las tarifas a los usuarios. Dado que algunos hogares no pagan el costo pleno de la energía consumida, el Tesoro compensa la diferencia mediante transferencias a la empresa estatal.
El Gobierno busca redirigir los subsidios directamente a los usuarios a través de sus facturas. Aunque aún es un objetivo, permitiría facilitar la contratación libre entre compradores y vendedores de energía, siempre que los precios reales sean trasladados a la demanda.
En paralelo, Energía anunció que, desde febrero, reducirá los subsidios en las tarifas de luz y gas para 9,5 millones de hogares de ingresos medios y bajos. Esos usuarios recibirán una menor bonificación en el costo de la energía, y las boletas subirán en promedio 1,5% en electricidad y 1,6% en gas.
El esquema de subsidios vigente distingue tres niveles de ingresos:
Nivel 1 (altos): pagan el costo pleno.
Nivel 2 (bajos): desde ahora recibirán un descuento del 65 por ciento.
Nivel 3 (medios): el subsidio será del 50 por ciento.
Hasta ahora, las bonificaciones eran del 71,2% en electricidad y 64% en gas para el N2, y del 55,94% en electricidad y 55% en gas para el N3.