Diversos estudios de la salud muestran que el ejercicio suele mejorar la calidad del sueño, aunque no siempre. Mientras algunos indican que entrenar por la mañana ayuda a dormir mejor, otros sostienen que hacer actividad física a cualquier hora facilita conciliar el sueño.

Sin embargo, un estudio reciente en Nature Communications advierte que hacer ejercicio de alta intensidad unas cuatro horas antes de dormir puede dificultar el sueño y reducir el descanso hasta en 43 minutos. Además, entrenar de noche y acostarse más tarde puede aumentar el tiempo para dormirse hasta en 80 minutos, afectando negativamente la calidad del descanso.

El mejor momento para ejercitarse

El mejor momento para hacer ejercicio y mejorar la calidad del sueño depende de la intensidad del entrenamiento y el tiempo que falta para dormir. Un estudio con casi 15.000 adultos reveló que las actividades físicas intensas realizadas una o dos horas antes de acostarse pueden complicar la conciliación del sueño y reducir el descanso.

Por otro lado, entrenar temprano por la mañana o al menos cuatro horas antes de ir a la cama suele favorecer un descanso más profundo. Según Andrew Colsky, experto en sueño, “al despertar después de una noche reparadora, el organismo ajusta su reloj interno gracias a la luz natural”, lo que ayuda a sincronizar el cuerpo con su ritmo circadiano y facilita que el sueño llegue de forma natural.

Para quienes sólo pueden ejercitarse de noche, los especialistas sugieren técnicas de relajación como meditación o yoga suave para calmar el cuerpo. Josh Leota, investigador principal, aconseja intentar hacer ejercicio más temprano, pero si no, optar por entrenamientos menos intensos por la noche.

Los ejercicios que mejoran el descanso

Las actividades aeróbicas como caminar, nadar o andar en bicicleta están vinculadas a un sueño más reparador y a una reducción en el tiempo que lleva quedarse dormido. Por otro lado, el entrenamiento de resistencia —como levantar pesas, usar bandas elásticas o hacer ejercicios con el propio peso corporal— también mejora el descanso, especialmente cuando se combina con ejercicios aeróbicos. La fundación recomienda hacer series de hasta 12 repeticiones para potenciar sus beneficios.

Además, el yoga se destaca como una práctica ideal para relajar el cuerpo y calmar la mente, siendo muy útil para quienes sufren problemas para dormir por estrés o ansiedad. Esta disciplina ayuda a preparar el organismo para un descanso más profundo y reparador.