La Unidad Fiscal de Homicidios II, conducida por Carlos Sale, convocó este martes 10 de junio a una audiencia a los fines de solicitar la prórroga por el plazo de tres meses de las medidas cautelares que rigen sobre los dos imputados por el crimen de Enzo Ramiro Núñez (25).
En ese sentido, Néstor Fabián “Pelusa” Ortiz seguirá detenido bajo prisión preventiva, mientras que Marcelo Figueroa continuará privado de su libertad cumpliendo arresto domiciliario. A ambos se les asignó la calificación legal de homicidio simple agravado por la utilización de arma de fuego. Sin embargo, a Ortiz se lo señala como autor y a Figueroa con el grado de partícipe necesario.
“Estamos en condiciones de efectuar el requerimiento de apertura a juicio”, aseguró el auxiliar de fiscal, Miguel Fernández. Por su parte, el juez interviniente rechazó la oposición de la defensa técnica e hizo lugar a todo lo requerido por la Fiscalía.
La teoría del caso
El 5 de enero del 2025, a las 16:50 horas, Núñez se encontraba conversando con amigos en la vereda de un domicilio ubicado en la esquina de calle Amador Lucero y pasaje Granaderos de San Martín (Capital), cuando se hizo presente un sujeto en su motocicleta, quien sin mediar palabras le propinó golpes de puño a la víctima por una disputa anterior y se trenzaron en lucha.
Inmediatamente, arribaron al lugar, a bordo de una moto, los acusados Ortiz (padre del agresor) y Figueroa. “Pelusa” extrajo un arma de fuego tipo revólver que llevaba Figueroa en la cintura, descendió del rodado, se aproximó hacia Núñez y, al grito de “no te hagas el canchero, ¿por qué le pegaste a mi hijo?”, le efectuó a la víctima un disparo en el tobillo izquierdo, provocando su caída.
Mientras Figueroa lo esperaba en la motocicleta, Ortiz, con claras intenciones de causarle la muerte, le propinó al joven un segundo disparo en la zona del abdomen, cuya lesión lo condujo a su fallecimiento tres días después (8 de enero) tras permanecer internado en el hospital Padilla.
Finalmente, “Pelusa” apuntó con el arma a los amigos de Núñez, se la entregó a Figueroa y juntos abandonaron el lugar.