Comer cuando normalmente deberías estar inactivo, es decir durante la noche para los seres humanos, puede fomentar la obesidad. Esto sugiere que el aumento de peso resulta en parte de un desajuste entre el horario de las comidas y el ciclo natural día-noche, o ritmo circadiano.
Los ritmos circadianos son cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo de 24 horas. Estos procesos naturales responden, principalmente, a la luz y la oscuridad, y afectan a la mayoría de los seres vivos, incluidos los animales, las plantas y los microbios.
La cronobiología es el estudio de los ritmos circadianos. Un ejemplo de ritmo circadiano relacionado con la luz es dormir en la noche y estar despierto en el día. Este ciclo puede influir en funciones importantes del cuerpo como:
la liberación de hormonas
los hábitos alimentarios y la digestion
la temperatura corporal
Pero los mecanismos por los que esto sucede todavía no se entienden completamente. Un equipo de investigación dirigido por el doctor Joseph Bass de la Universidad Northwestern, financiado por los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, estudió los efectos metabólicos de una dieta rica en grasas en ratones cuando la alimentación se limitaba al día o la noche.
Dado que los ratones son nocturnos, normalmente comen de noche. Los ratones restringidos a comer solo por la noche aumentaron menos de peso que los ratones que comieron solo durante el día, o los ratones que pudieron comer en cualquier momento.
Los científicos analizaron también la producción de creatina, un aminoácido que los seres humanos recibimos mayormente de los alimentos y que se transforma en energía para desarrollar funciones corporales.
En la experiencia con ratones, como resultado de la alimentación nocturna, se produjo más calor a partir de la energía almacenada en la creatina. Esto, a su vez, elevó el uso total de energía y redujo el aumento de peso en los ratones. Esto sugiere que los ritmos circadianos influyen en el metabolismo de la creatina.