La jubilación para beneficiarios de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) se actualiza según el monto mensual por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) con dos meses de rezago. Esto es así desde abril del 2024, cuando el presidente Javier Milei derogó la fórmula de movilidad anterior y estableció la actual por decreto. Para darle sostenibilidad legal, el Congreso había convertido en ley esa forma de actualización y en el mismo momento votó por un aumento del 7,2 % para todas las jubilaciones, más una suba del bono que perciben los haberes más bajos, que posteriormente fue vetado por el mandatario libertario.
Conforme a la metodología de actualización previsional actual, los haberes de agosto se incrementaron en un 1,62 %, en línea con la inflación registrada en junio. Este incremento impacta directamente en el haber mínimo, las prestaciones contributivas, la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) y las Pensiones No Contributivas (PNC) por Vejez, Invalidez, madres de siete hijos o más, entre otras. En tanto que el Gobierno decidió mantener congelado el bono extraordinario de $ 70.000 que se acredita a quienes perciben el haber mínimo previsional, beneficiarios de Pensiones No Contributivas (PNC) y titulares de la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), y que se abona de manera proporcional a quienes perciben más que la mínima hasta alcanzar un tope máximo de $ 384.305 (haber más bono) en julio.
En este sentido, ANSES estableció para agosto una jubilación mínima de $ 314.305, que al sumarse el bono de $ 70.000, redondea los $ 384.305; una jubilación máxima de $ 2.114.977 (no aplica bono, ya que supera el tope); y para la Prestación Universal de Adultos Mayores (PUAM) se fijó la suma de $251.444, que al agregar el bono asciende a $321.444.
El proyeto vetado por Milei permitía a los jubilados obtener una suba del 7,2 %, además de una actualización del bono que el Gobierno mantiene congelado en $ 70 mil desde hace un año. De este modo, los haberes mínimos hubieran aumentado, según los valores de agosto, en unos $ 22.630, alcanzando los $ 336.935. Junto con el bono, que la ley vetada fijaba en $ 110.000, un jubilado que percibe la mínima hubiera cobrado un total de $ 446.935.
De igual modo, quienes perciben una Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), que representa el 80 % de una jubilación mínima, hubieran accedido a cobrar $ 269.548, es decir, unos $ 18.104 más. Al sumarse el bono de $ 110.000, en total hubieran percibido $ 379.548.
Siguiendo la misma línea, las jubilaciones máximas ascenderían unos $ 152.286, para situarse en $ 2.267.263. Este grupo no percibe ningún bono ya que superan el tope fijado para recibirlo.
Lamentablemente para los pasivos, el oficialismo logró blindar el veto que emitió el presidente bajo el argumento de proteger el equilibrio fiscal. Lo que para el libertario significaba un quiebre del modelo económico que viene implementando, para cada jubilado de la mínima significaba una suba ínfima que si bien le permitía compensar lo perdido frente a la inflación desde diciembre del 2023, no mejoraba demasiado su realidad. Llegar a fin de mes sigue siendo un desafío casi imposible de lograr para casi el 70 % de los pasivos.