Los pies concentran más glándulas sudoríparas que cualquier otra parte del cuerpo y suelen permanecer cubiertos por medias y calzado cerrado. Esto genera un ambiente cálido y húmedo ideal para bacterias y hongos.
“Entre los dedos se forma un entorno propicio para infecciones microbianas, que pueden causar picazón, hinchazón y mal olor”, explica Joshua Zeichner, profesor asociado de Dermatología del Hospital Mount Sinai de Nueva York.
“Aunque muchas de las infecciones son leves y responden bien a cremas antifúngicas, la automedicación puede cronificar el problema o extenderlo a otras zonas del cuerpo”, advierte la doctora Montserrat Salleras i Redonnet, jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Universitari Sagrat Cor de Barcelona, advierte que
El pie de atleta es la infección fúngica superficial más común. Aparece sobre todo en verano y se manifiesta con:
Picazón intensa.
Enrojecimiento y descamación.
Mal olor persistente.
Grietas en la planta o entre los dedos.
Si no se trata, puede avanzar hacia infecciones más profundas, como celulitis, o complicarse en personas con diabetes, que presentan una cicatrización más lenta y un mayor riesgo de úlceras.