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Sociedad
08/11/2021

Esta es la imagen más antigua de un fantasma

Esta es la imagen más antigua de un fantasma
¿Qué es lo que estamos viendo? Básicamente vemos la figura de un espíritu alto y demacrado, con las manos atadas, del tipo “que se apodera de una persona y la persigue, incapaz de soltarse”.

Irving Finkel tiene la fortuna de trabajar en el Museo Británico, lo cual es una suerte si te dedicas a la tarea de conservar patrimonio histórico. Se me ocurren pocos lugares más interesantes en el mundo, la verdad. Bien, pues como digo Finkel ha tenido recientemente la suerte de ver un fantasma, y no cualquier fantasma no… uno babilónico, probablemente el más antiguo del que se tenga constancia.

Tranquilos, no es un caso de esos que podríais ver en un programa de Iker Jiménez, sino de historia de la buena. El fantasma en cuestión se le apareció a Finkel en una tablilla de arcilla de 3.500 años de antigüedad mientras exploraba los miles de objetos archivados, lejos de los ojos de los visitantes. Podéis ver la imagen sobre estas líneas, aunque para ayudar a divisar las figuras (muy desgastadas por el tiempo) se ha añadido informáticamente un reborde blanco.

¿Qué es lo que estamos viendo? Básicamente vemos la figura de un espíritu alto y demacrado, con las manos atadas, del tipo “que se apodera de una persona y la persigue, incapaz de soltarse”. El entrecomillado es lo que puede leerse en el texto de la tablilla (en el reverso de la tablilla, no se ve en la imagen) que básicamente contiene un ritual de exorcismo destinado a desterrar a este tipo de fantasma.

Irving Finkel, que es un veterano especialista en escritura cuneiforme (el sistema de escritura angular de la antigua civilización babilónica), ha traducido recientemente el texto del ritual, que había permanecido sin leer e ignorado desde que el Museo Británico adquirió la tablilla en el siglo XIX. Si habéis visitado este vasto museo, famoso entre otras cosas por albergar la Piedra Roseta, un Moái sagrado para los Rapa Nui, o los mármoles del friso de Partenón (obra de Fidias), es posible que hayáis llegado a sentir que el imperio abusó de su posición de poder para esquilmar el patrimonio artístico de medio mundo. ¿O me pasó solo a mi?

Bien, el caso de la tablilla “fantasma” no es diferente. En el siglo XIX el Museo Británico (y también muchos otros en Europa) pagaban muy a menudo a los habitantes locales – de lo que hoy es Irak – para saquear toda clase de artefactos babilónicos en lugares de interés arqueológico. Todo aquel material acabó almacenado en muchos de esos museos, sin contener apenas información relevante sobre su contexto.

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