La papaya es una fruta exótica y poco común, tiene un sabor muy dulce y un color vibrante. Es originaria de México y también crece en Florida y el Caribe. Se la considera carnosa y suave además de ser usada en muchas recetas culinarias.
Es una excelente fuente de vitamina C y contiene más cantidades que la naranja. Un solo trozo de tamaño mediano aporta el 224% en volumen diario recomendado. También, tiene vitamina A, folato, magnesio, cobre, ácido pantoténico, fibra y vitamina B.
La papaya es un beneficiosa para el cuerpo en muchas cosas:
Previene la degeneración macular: al poseer zeaxantina filtra los rayos dañinos de luz azul y ejerce un papel protector en los ojos.
Mejora la salud ósea: este alimento es rico en vitamina K que contribuye a disminuir el riesgo de fractura de huesos.
Reduce el riesgo de cáncer: la papaya ayuda a reducir el riesgo de tener esta enfermedad debido a su alto contenido de betacaroteno.
Previene el asma: las posibilidades de tener asma se disminuyen en las personas que consumen esta fruta exótica. El betacaroteno es un nutriente que ayuda mejorar la salud.
Diabetes: la papaya aporta 3 gramos de fibra. Según estudios, se comprobó que las personas con diabetes tipo 1 que comen frutas ricas en fibra tiene un nivel de glucosa más bajo. Para la gente que tiene tipo 2, los niveles de azúcar, lípidos y de insulina bajan.
Ayuda al digestión: esto se debe gracias a una enzima que tiene la fruta llamada papaína.
Inflamación: la papaya aporta colina, que es un nutriente muy versátil que disminuye la inflamación crónica.
Previene enfermedades cardíacas: a ser rica en potasio, fibra y vitaminas, este alimento reduce el riesgo de este tipo de enfermedades.
Salud de la piel y cicatrización: al ser triturada se puede utilizar para cicatrizar y prevenir infecciones por quemaduras.
Beneficia al cabello: al contener una alto contenido de vitamina A, la papaya hace que el pelo esté más hidratado y también favorece la producción de sebo.