Richard Bennett, relator especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Afganistán, pidió cambios radicales en el país.

“El grave retroceso de los derechos de las mujeres y las niñas, las represalias contra los opositores y los críticos, y la represión de la libertad de expresión por parte de los talibanes suponen un descenso hacia el autoritarismo”, declaró en una reunión del Consejo de Derechos Humanos.

En declaraciones separadas ante el Consejo, la subsecretaria general de Derechos Humanos, Ilze Brands Kehris, dijo que unas 850.000 niñas habían abandonado la escuela, lo que las ponía en riesgo de matrimonio infantil y explotación económica sexual.

La mayoría de las escuelas secundarias para niñas en Afganistán están cerradas desde que los talibanes tomaron el poder en agosto de 2021, después de que el grupo diera un repentino giro a sus promesas de abrirlas en marzo.

Los talibanes, un grupo islamista de línea dura cuya administración no es reconocida de manera oficial por muchos gobiernos, han dicho que las escuelas permanecerán cerradas hasta que se elabore un plan de acuerdo con la ley islámica para su reapertura.

Brands Kehris también expresó su preocupación por el acceso de las mujeres a los abogados en los casos de violencia de género en Afganistán. “Las mujeres no tienen ningún lugar al que acudir para buscar justicia y reparación en el Afganistán actual”, afirmó.

El Consejo, con sede en Ginebra, estableció hace casi un año el mandato de supervisar las violaciones de los derechos humanos en Afganistán. Un proyecto de resolución de la Unión Europea pretende renovarlo y se espera una decisión para el 7 de octubre.