La Unidad Fiscal de Delitos Flagrantes III, en feria a cargo de Ernesto Salas López, solicitó una audiencia de solicitud de prórroga de prisión preventiva, que se realizó ayer lunes, en horas de la mañana, en el marco de una causa donde se investiga un violento episodio en el que fue baleado un policía.

Al imputado, de apellido Hernández, el Ministerio Público Fiscal lo acusa de homicidio agravado en grado de tentativa, delito que conlleva una escala penal de entre 10 y 15 años de prisión.

La UFI, representada por el auxiliar fiscal Francisco Galíndez, consideró que “persiste el riesgo procesal” y pidió que se extienda por otros 60 días la prisión preventiva del acusado (había sido dictada el último 19 mayo y se vencía hoy), la que fue concedida por la jueza interviniente.

“En cuanto a las evidencias de relevancia con las que cuenta el MPF, solamente nos está faltando una pericia de residuos de pólvora en las prendas de vestir del imputado, la cual se podrá realizar en los primeros días de agosto”, informaron desde la Fiscalía.

“Se salvó porque tenía puesto el chaleco antibalas”

El auxiliar fiscal describió al hecho que se investiga como “grave”. “El agente se salvó porque tenía puesto el chaleco antibalas. Hernández tenía un arma de fuego en la vía pública y realizó disparos al aire. En caso de una condena, sería de cumplimiento efectivo”, afirmó.

En tanto que añadió: “La actitud del imputado siempre fue entorpecer la investigación, deshaciéndose, en un lugar del cargador del arma y en otro, el arma misma, que fue encontrada posteriormente y no al momento de la aprehensión. Intentó escaparse y se mantuvo escondido de la Policía, hasta que finalmente fue aprehendido. Consideramos que, de encontrarse en libertad el imputado podría evadirse de la Justicia”.

El hecho: disturbios en un velorio

Según la investigación del MPF, el 18 de mayo de este año, a las 16.15 aproximadamente, policías se encontraban realizando tareas de prevención, en avenida Colón y Antonio Pérez Palavecino, al sur de la Capital, ya que a una cuadra se llevaba a cabo un velorio y se producían disturbios.

En un momento, una persona les manifestó a los efectivos que un sujeto con un buzo naranja, Hernández, que terminó siendo el imputado, estaba con un arma en la cintura. Luego se escucharon unos estruendos y los policías observaron que este sujeto hacía disparos al aire.

El personal policial se aproximó al lugar y el acusado, al ver que los efectivos estaban muy cerca, comenzó a disparar contra la humanidad de los efectivos que estaban en dos móviles. Los uniformados repelieron la agresión. Hernández resultó herido en su antebrazo izquierdo y uno de los agentes recibió dos disparos en el chaleco antibalas, a la altura del pecho, y un disparo que le produjo una herida cortante en el cuero cabelludo y el parietal derecho

El oficial fue trasladado al hospital Padilla. Luego del enfrentamiento, Hernández salió corriendo e ingresó a un domicilio de la zona y fue aprehendido allí, tras encontrarlo escondido debajo de una cama.